Resumen
El artículo critica la gestión de Gustavo Petro, destacando el descontento con su administración por su trato a congresistas y su agresividad al enfrentar el rechazo a su reforma tributaria. Sugiere la candidatura de Jaime Andrés Beltrán como una posible alternativa política en Colombia.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Mientras algunos miembros del partido Verde celebraban con pólvora una providencia del Tribunal Administrativo de Santander para despojar de su credencial al alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez, víctima de una ‘emboscada jurídica’ para retirarlo del cargo por presunta doble militancia política, en distintos lugares del país se abrieron las puertas de una posible candidatura presidencial, para recoger sus ideas y apoyar su propuesta para rechazar los abusos cometidos por el gobierno de Gustavo Petro Urrego, que anda comprando pleitos con los Senadores y Representantes a la Cámara, a quienes insulta como si se tratara de ‘perros de caza’ que deben ser sometidos al exterminio.
El presidente Petro perdió los estribos cuando supo que el proyecto de ley sobre reforma tributaria fue derrotado por las mayorías del partido conservador, del partido centro democrático, del partido liberal, del partido Mira y de otras organizaciones electorales, que se oponen al estropicio de destruir la economía del país. Solamente los congresistas del autodenominado ‘Pacto Histórico’, que caminan como borregos hacia el cataclismo, compartiendo las locuras del ‘petrismo’ y de sus alzafuelles, se han quedado callados cuando su jefe político insulta desde las trincheras del Palacio de Nariño, a los parlamentarios que le dieron una lección de honor.
Esta reacción del presidente Gustavo Petro se produce cuando las firmas encuestadoras señalan que el 36% del pueblo colombiano lo detesta y un 42% considera que ha sido la peor administración nacional de todos los tiempos. Quienes hemos reconocido que Petro es un ‘personaje peligrosamente inteligente’ pensábamos que con el paso del tiempo iba a recoger las banderas del ’desarrollismo’, que predicaba el insigne caudillo conservador Álvaro Gómez Hurtado, nos quedamos esperando las rectificaciones que pudieron producirse desde la llanura de los acuerdos políticos nacionales.
Las bebidas espirituosas, consumidas de manera reincidente, han acabado con el buen genio del primer mandatario, que ha decidido romper relaciones con la rama legislativa del poder público, insultando al senador y jefe del partido conservador Efraín Cepeda Sarabia, uno de los heraldos del partido político mas antiguo de Colombia, donde abreva el pensamiento de Mariano Ospina Rodríguez y del filólogo José Eusebio Caro, que le dieron una filosofía al pensamiento conservador, que debe prevalecer para el gran equilibrio de los valores democráticos. Es posible que una candidatura presidencial como la de Jaime Andrés Beltrán pueda reparar el vacío que dejó la muerte del ingeniero Rodolfo Hernández Suárez, que hace tres años encarnaba el pensamiento político de la lucha anticorrupción en Colombia.
Los lideres del partido Verde en Santander están dedicados a destruir las cosas buenas que encontraron cuando los partidos históricos les dieron la oportunidad de redimirse y reinsertarse a la vida civil, después de haber destruido el palacio de Justicia de Bogotá y de haber asesinado a dieciocho magistrados de las altas cortes. El alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez, ha derrotado a la delincuencia común, a las bandas del microtráfico y de la minería ilegal. Ya conversó con el presidente Bukele de El Salvador, para presentarle a Colombia una propuesta presidencial, que permita acabar con las bandas criminales que han causado enorme daño a la nación.