Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El reloj marcaba las 11:40 de la noche del lunes 18 de noviembre cuando el subintendente Omar Enrique Torres Cuadros salió del establecimiento nocturno La Patrona, ubicado en la carrera 10 con calle 6 del casco antiguo de Floridablanca. Era una noche común para este investigador de la Sijín, quien se desempeñaba en el Grupo de Contra Atracos de la Policía Metropolitana de Bucaramanga. Sin embargo, esa rutina se convirtió en tragedia en cuestión de minutos.
Mientras Torres Cuadros subía a su motocicleta, tres personas se le acercaron. Según los videos de las cámaras de seguridad, entre ellos estaban Expedito Figueroa Badillo, alias ‘Pedro el Escamoso’, de 54 años, Shirley Anaya, de 45, y Javier Ramírez Ramírez. Las imágenes muestran cómo una conversación que parecía cotidiana rápidamente escaló a una acalorada discusión.
Una mujer intentó mediar en el conflicto, posicionándose frente al uniformado para evitar un desenlace fatal. Pero uno de los hombres, decidido a atacar, sacó un arma cortopunzante. Fue Figueroa Badillo quien, en un movimiento rápido y certero, le asestó una puñalada en el pecho a Torres. El ataque fue tan preciso que no le dio tiempo a reaccionar.
Torres Cuadros quedó malherido, mientras sus agresores huyeron del lugar con aparente tranquilidad. La víctima fue trasladada de urgencia a la Clínica Foscal por personas que presenciaron los hechos. Allí, a pesar de los esfuerzos médicos, falleció debido a la gravedad de la lesión en la región precordial.
La Policía Metropolitana de Bucaramanga activó un plan candado inmediatamente después del ataque. Con base en la información suministrada por testigos y las grabaciones de las cámaras de seguridad, las autoridades lograron capturar a los tres implicados en flagrancia. Durante el procedimiento, se les incautó un arma cortopunzante que, presuntamente, habría sido utilizada en el homicidio.
Alias ‘Pedro el Escamoso’, señalado como el principal responsable del crimen, ya tenía antecedentes por violencia intrafamiliar, según registros del Sistema Penal Oral Acusatorio (Spoa). Las autoridades lo describieron como un hombre de 54 años, residente del sector, quien trabajaba de manera independiente.
Torres Cuadros, por su parte, tenía 31 años y llevaba 10 en la Policía Nacional, donde había ganado reconocimiento por su compromiso y dedicación en la lucha contra la delincuencia. Su partida ha sido descrita como una pérdida irreparable tanto para la institución como para la comunidad a la que sirvió con valentía.
La Fiscalía prepara las audiencias contra los tres detenidos, quienes deberán responder por el delito de homicidio. Este caso, más allá de ser un lamentable episodio de violencia, es un llamado urgente a combatir la intolerancia social que sigue cobrando vidas en el país.