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Violencia post separación

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Resumen

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Por: María Carolina Cárdenas

Existen formas de violencia contra la mujer-madre de las que no se habla mucho, y que suceden como efecto de la ruptura de la relación en la que se concibieron sus hijos. Por ejemplo: a) Desentenderse de la vida de sus hijos y culpar a la madre por no permitir la convivencia padre-hijo, pese a que esto significaba para ella convivir con su maltratador. b) No pagar, pagar tarde, o pagar por partes la pensión; de esta manera el hombre mantiene control económico sobre el patrimonio de la mujer, ya que no le permite disponer de lo que corresponde para el pago de los gastos de sus hijos.

Por cada cuota que se deja de pagar o que se “reduce”, hay una mujer que se dobla o triplica en trabajo, a costa de su salud y/o asumiendo nuevas deudas para cubrir los gastos de sus hijos. Muchos hombres, ya sea por venganza o simplemente el deseo profundo de vivir en esa odiosa comodidad que les permite la sociedad y su familia alcahueta, se sustraen del pago de la pensión o piden disminución, porque su “situación económica” no les permite contribuir a los gastos que demanda la subsistencia y calidad de vida de sus hijos. Mientras que del otro lado cada mamá que se enfrenta a esa situación busca un trabajo adicional, un contrato que puedan realizar en las noches o los fines de semana, etc., con tal de no permitir el detrimento del bienestar de sus hijos.

¿Acaso no se dan cuenta de cómo esto perpetua la precarización de la mujer? ¡Paremos de romantizar este abuso diciendo que mamá es la súper heroína que puede con todo para liberar a los hombres irresponsables de su deber! La ley es profundamente injusta cuando habla de 50% en aportes económicos entre padres, cuando es evidente que la madre en custodia aporta más, no solo en dinero sino en el trabajo no remunerado que implica la crianza. c) No cumplimiento del régimen de visitas y vacaciones. Se mantiene el control sobre la vida de la mujer, cuando debe esperar que el padre decida según su antojo: ¿visita o no?, ¿cuándo visita?, ¿en qué horario?, ¿pasará estas vacaciones o no con su hijo?; y así la madre no puede disponer de su tiempo y su vida.

Que en el mundo tantas mujeres padezcan esto mismo, como si todas tuviéramos el mismo ex, muestra que es un fenómeno estructural patriarcal que debe llevar a que las leyes y las sentencias en materia de familia tengan ese enfoque de género necesario para que estas formas de violencia contra la mujer desaparezcan, y se logre igualdad material frente a la crianza.

Madre: tu deber es procurar el bienestar de tu hijo, no recordarle al padre que pague la pensión, que lo llame o lo visite. Padre: todo lo que haces por tu hijo no es un favor para la madre, es tu responsabilidad.

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