China conoció riesgo mortal del COVID semanas antes de revelarse al mundo

A finales de diciembre de 2019, investigadores chinos aislaron y mapearon el virus responsable del COVID-19, según documentos obtenidos por un comité de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y revisados por The Wall Street Journal. La información revela que esta secuencia genética fue cargada en una base de datos del gobierno de EE. UU. el 28 de diciembre de 2019, al menos dos semanas antes de que China compartiera oficialmente detalles sobre el virus con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En ese momento, las autoridades chinas aún describían públicamente el brote en Wuhan como una neumonía viral de causa desconocida. La nueva revelación plantea preguntas sobre lo que China sabía en los primeros días cruciales de la pandemia. La información sobre la secuencia del virus se eliminó de la base de datos el 16 de enero de 2020, después de que los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. (NIH) solicitaran más detalles técnicos y no recibieran respuesta.

El hecho de que China haya aislado y mapeado el virus antes de compartirlo con el mundo destaca la importancia de la transparencia en los primeros días de la pandemia. Estas dos semanas adicionales podrían haber sido cruciales para la comprensión del virus y el desarrollo de medidas médicas y vacunas. La comunidad científica internacional estaba luchando por entender la enfermedad, que eventualmente causaría millones de muertes y afectaría a muchos más.

Este descubrimiento no aclara el debate sobre el origen del virus, pero sugiere que el mundo aún no tiene un relato completo del inicio de la pandemia. La eliminación de la secuencia de la base de datos también plantea dudas sobre la transparencia de China en relación con la información relacionada con la pandemia.