Cuando el chiste deja de ser gracioso: comediante fue condenado por discriminación

El comediante brasileño Leonardo de Lima Borges Lins, conocido artísticamente como Leo Lins, fue sentenciado a ocho años y tres meses de prisión por el Tribunal de Justicia de Brasil, tras difundir en YouTube un espectáculo con bromas consideradas ofensivas y discriminatorias contra diversos grupos sociales.

La decisión judicial se basó en un video del artista de 42 años en el que dirigía chistes hacia personas negras, ancianos, obesos, personas que viven con VIH, homosexuales, indígenas, habitantes del noreste del país, evangélicos, judíos y personas con discapacidad. La grabación fue denunciada por el Ministerio Público de Brasil, al considerar que incitaba al odio y la violencia verbal en la sociedad.

Además de la pena de cárcel, Lins deberá pagar una multa equivalente a 1.170 salarios mínimos del año 2022 —cerca de 235 millones de pesos chilenos—, así como una indemnización por daño moral colectivo estimada en 51 millones de pesos. Según informó el medio brasileño O Globo, el fallo subrayó que “la libertad de expresión no es pretexto para hacer comentarios odiosos, prejuiciosos y discriminatorios”.

El tribunal fue enfático al declarar que la actuación del comediante “promueve la intolerancia” y contribuye a reforzar estigmas en una sociedad diversa como la brasileña.

Por su parte, Leo Lins calificó la sentencia como una amenaza grave a la libertad de expresión artística en el país. En declaraciones a CNN, aseguró que su contenido no había violado ninguna de las reglas de YouTube, donde el video permaneció publicado por un tiempo y le generó ingresos. “Esta es una decisión grave y sin precedentes que plantea serias preocupaciones sobre los límites de la libertad y la expresión artística en Brasil”, manifestó el humorista.

Conocido por su estilo de humor negro y provocador, Lins ya había estado en el centro de la polémica por abordar temas sensibles como la pedofilia y el Holocausto en sus rutinas. Sin embargo, esta es la primera vez que una corte lo condena penalmente por sus expresiones en un escenario.