Delito informático Por: Claudio Valdivieso

Según información suministrada a la prensa internacional, se pudo establecer que la Interpol está tras unos sujetos aparentemente ocultos en varios lugares del planeta. Al parecer, según la fuente, quien exige proteger su identidad, el supuesto delito informático de estos desconocidos tiene alertadas las oficinas de inteligencia, tras la presunción de repetidos intentos en jaquear el buzón de un tal Santa Claus.

El motivo de la alerta roja es que las cartas de los niños se pierdan, y esto sería desastroso para todos; los niños, los papás y la familia Claus. ¿Se imaginan los berrinches de los pequeños en primera fila rebotados en los centros comerciales, tiendas y pesebres? dijo el informante mientras se cubría el rostro con las manos de pensar en esa pelotera, y añadió que tiene acceso a información privilegiada de la casa del señor Claus en Rovaniemi, donde llegaron rumores de que Grinch también podría estar involucrado en este sabotaje para generar traumatismo en el buzón de la casa Santa Claus Village.

De la Central de Inteligencia partieron dos agentes secretos a Rovaniemi y otros dos a Belén, quienes a través de mensajes codificados criticaron la operación porque allí sólo encontraron una humilde pesebrera con una vaca, un burrito y un pequeño rebaño de ovejas; una hermosa joven embarazada y un carpintero. Los dos investigadores que viajaron a Rovaniemi fueron atendidos con lujosas preferencias por cuenta de un abuelo quien solo se divertía leyendo correspondencia de los niños y alimentando renos. Estos agentes desertaron de la operación y se quedaron allí empacando unos costosos regalitos para sus hijos.

Un elfo manifiesta que al parecer ese niño de Belén no tiene dinero suficiente como don Santa, pero igualmente reconoce que ese niño ha traído cientos de miles de regalos y felicidad a pueblos marginados donde reina la pobreza y, qué, por el pésimo estado del camino. es imposible la llegada de los renos, además del temor que se vive a diario por la inseguridad y las guerras en varias regiones de la tierra.

El informante sostiene que don Santa es perseguido por unos papás supuestamente acaudalados, pero que no cuentan realmente con el dinero suficiente para las peticiones de sus hijos y por eso quieren sabotearlo. Varios niños negociaron su obediencia con Santa al tomarse la sopa sin protestar, hicieron las tareas y a regañadientes tendieron la cama. También, se dice en los medios que los niños se sienten engañados por el señor Claus, según declaraciones de varios papás, mientras que otros dejaron este asunto en manos del niño de Belén con juguetes y ropa de segunda, ya que Santa no cumplió con la entrega de regalitos costosos a los niños sin recursos.

Para el cierre de esta edición la oficina de inteligencia declinó la investigación, y los agentes de Belén trajeron a todos los niños de la patria la velita de la esperanza para que vivan en un país creado especialmente para protegerlos, alimentarlos y educarlos en un hogar digno de amor, de ese que no se construye con cifras ni por las malas.

A los niños de Santa y a los del Niño Dios, ¡Feliz Navidad!