Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El talento no es enemigo de la experiencia. Es su aliado ideal. La capacidad siempre será superior a la edad. La juventud es un potenciador de la madurez. Quien posee idoneidad y criterio es mejor que el inexperto presumiendo la fórmula capaz de resolver los dramas de la ciudad, la región o el país. La fe es el crédito del poder.
Goza de apoyo popular quien no se inspira en recuerdos sino en el saber renovador de la innovación. Entre el experimentado y el novato ¿Quién ganará? Sin duda el aspirante completo. La persona que tenga el mayor número de estas 7 cualidades: Inteligencia, carácter, elocuencia, fortuna, audacia, relaciones y carisma.
La aspiración es una modalidad de la ambición demostrando el deseo escalador de quienes anhelan estar en una posición superior para facilitar la obtención de sus fines, generar otras metas o plantearse nuevos objetivos, si su motivación es la expresión superlativa del yo. Esa exteriorización de la egolatría transforma una idea inicialmente altruista en la intención de figurar para cultivar el apetito hedonista de la posmodernidad.
Se quiere ser líder para mandar. No para servir. El deseo es imponerse sobre los demás. Se olvida que quienes conducen se deben a quienes confían en la solvencia de su destreza o habilidad. ¿Es imposible soñar con una sociedad que procure resolver los problemas y garantizar la mejor calidad de vida más allá de los egos?
El aspirante perfecto es aquél que tiene intereses generales por encima de los particulares para quienes creen en el colectivismo, la vida en comunidad o el desarrollo a partir de la vinculación y el trabajo compartido con sus semejantes. Para los individualistas el más completo es quien derrocha, exhibe y muestra un potencial inusitado, demostrando el éxito en todas sus actividades: Riqueza, belleza, simpatía y mayoritariamente influencias.
Entre la indecisión y la resignación existe una posición intermedia: Selección. Es la negación de la indiferencia imponiendo los criterios de un concurso de méritos poco conocido por la democracia moderna, si se suele elegir al más conocido o famoso. No se distingue la virtud de la suerte.
Se ignora la honestidad, la honradez y la integridad. Todo es apariencia, preferencia o el capricho propio de los fanatismos. Eso explica por qué cada que termina un período de gobierno, se habla de los mismos problemas sin resolver. Selección es el reto.
La excelencia no pelea, gana. Avanza. El talento supera. Da más. Se requiere asumir riesgos, resolver y convencer. Elijamos bien. Votemos mejor. Según nuestros valores. Eso es propio del aspirante completo.
