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El engaño a las Plazas de Mercado Por: Reynaldo Pérez

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Resumen

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Antes de que las conocidas líneas de mega supermercados hicieran presencia en todas las comunas de la ciudad, la línea de suministro más importante de las distintas bases sociales bumanguesas eran las plazas de mercado, esos fueron los centros de abastecimiento para muchos de nosotros en pandemia, el campesinado de la zona rural de la ciudad, ayudó a mitigar la escasez de productos que nos trajo la pandemia, el campesinado y las plazas de mercado eran los que ayudaban a poner los alimentos en nuestra mesa.

Una de las premisas que tiene el gobierno nacional, es que se fortalezcan las plazas de mercado públicas del país incentivando su conservación como patrimonio cultural, en la ciudad tenemos la plaza San Mateo, que hace parte del Patrimonio Histórico y Cultural de Bucaramanga, sitio donde se dignificaría la economía campesina, familiar y comunitaria de esta importante base social, desafortunadamente es un edificio en deterioro, reflejo del poco interés de las ultimas administraciones de salvaguardar la identidad cultural de la ciudad bonita.

Según el Censo Nacional Agropecuario, el 19.8% de los productos de la zona rula del país, son comercializados en las plazas de mercado, Bucaramanga tiene salida a la Costa Atlántica, al Nordeste Antioqueño, al Magdalena Medio Santandereano, y a Norte de Santander, es decir, es una capital de departamento privilegiada geográficamente para abastecer sus plazas de mercado locales, donde el Estado según un proyecto de ley del congreso de la república, ejerce la labor social de abastecer las ciudades de alimentos.

Dos de las plazas más tradicionales de la capital santandereana son las del la comuna No 3 Plaza de mercado San Francisco, y la de la comuna No 13 Plaza de Mercado Guarín, desde el pasado mes de agosto, la administración municipal empezó a hacer una inversión de alrededor de 11 mil millones de pesos con el objeto de mejorar las condiciones de salubridad y seguridad de estas plazas de mercado; en la Plaza San Francisco se está haciendo la remodelación completa de comedores, es decir, desde el pasado mes de agosto se les informó a estos pequeños comerciantes que no podrían seguir desarrollando sus actividades, hasta que se terminara la obra.

Lo que nadie entiende es que si estos contratos fueron adjudicados y firmado el 13 de diciembre del 2022, ¿por qué se empezó a ejecutar desde el mes de agosto del presente año? Estas obras, son asignaturas pendientes de anteriores administraciones, son obras absolutamente necesarias, el problema son las demoras en su ejecución y las afectaciones que están dejando estas obras a todos los pequeños comerciantes al que el mismo Juan Carlos Cárdenas Rey les entregó la responsabilidad de la reactivación económica después de la Pandemia.

La ciudad no se puede dar el lujo de permitir que los pequeños comerciantes fracasen en sus emprendimientos, obra que la primera fecha de entrega era el 15 de noviembre, después el 22 de diciembre, 80 familias que viven del trabajo en estos restaurantes. A esto están condenados quienes tienen sus puestos de comida en la Plaza de mercado de San Francisco, Chavita, Marthica, Amparo y compañía, no podrán aprovechar la mejor época del año comercialmente hablando, duro golpe para sus economías por demoras en la entrega de esta importante obra, esperemos que esta administración proteja los intereses de estos comerciantes, no los intereses del contratista.

Nota: Al parecer la contratación y los “inservibles” que desechó la alcaldía de Bogotá no tienen nada de “Bueno” en la Dirección de Transito de Bucaramanga, a su director, Ingeniero Carlos Bueno, no le ha ido para nada bien en los informes de gestión en el Concejo de la ciudad.

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