Resumen
El matrimonio infantil y las relaciones prematuras prevalecen en Colombia, a pesar de los avances en derechos humanos. Colombia ocupa el puesto 20 a nivel mundial en número de niñas casadas antes de los 15 años. Es esencial implementar medidas legales para erradicar este problema.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El inquietante fenómeno del matrimonio infantil sigue presente en Colombia
El matrimonio infantil y las relaciones prematuras continúan siendo una cruda realidad en Colombia, pese a los avances en diversas áreas de los derechos humanos. Un revelador ejemplo de esta problemática es el caso de Ana María*, una niña de 13 años que fue forzada por su madre a unirse a un hombre de 29 años.
Este hombre, quien era el superior del hermano mayor de Ana, pagaba a la madre de la niña una suma mensual a cambio de mantener una relación con ella, una situación que la sumergió en un entorno de explotación y sometimiento del que no pudo liberarse. La familia utilizaba el dinero como medio para sufragar gastos de vivienda y alimentación, convirtiendo a Ana en una moneda de cambio.
Más de 114 niñas como Ana fueron forzadas a matrimonios en el país hasta el último año, un dato alarmante que refleja la magnitud del problema en el contexto urbano de Bogotá y más allá. Las víctimas de este flagelo son principalmente niñas, quienes enfrentan un riesgo elevado de caer en redes de trata, abusos sexuales, trabajos forzados y otras formas de violencia de género.
Expertos consideran que esta práctica constituye una versión contemporánea de esclavitud y, lo que es más perturbador, es una acción que la ley colombiana aún no sanciona decididamente. Colombia ocupa un lugar preocupante en las estadísticas internacionales: según reportes de Unicef, se encuentra en el puesto 20 a nivel mundial en cuanto al número de niñas casadas o unidas antes de los 15 años, y en el undécimo lugar en América Latina y el Caribe para el caso de adolescentes antes de los 18 años. Colombia sobrepasa a naciones como México, Ecuador, Perú, Bolivia y Haití en esta dolorosa clasificación.
El testimonio real de Ana María* es un llamado de atención sobre la necesidad urgente de implementar medidas legales y sociales para erradicar el matrimonio infantil y proteger a nuestras niñas de una realidad que les roba su infancia y su futuro.