Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Francisco Montes V.
Estamos atollados. Enfrentamos encrucijadas. El ambiente indica que se cocinan decisiones en reuniones privadas lo cual tiene frenado el crecimiento económico, el bienestar de la población, la inversión social y en infraestructura, la reducción de los precios, el empleo y lo más importante; las esperanzas del pueblo. Los gobiernos regionales deben contar con un plan B.
En el Congreso de la República se ven más los debates donde se escuchan enfrentamientos inertes enfocados al protagonismo y a la medición de fuerzas. El País no necesita estos ambientes. Es indispensable una coordinación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Las reformas que se han presentado se han convertido en un motivo para no avanzar sobre lo que necesita la población: empleo, inversión y seguridad.
Es importante aclarar que el avance en estos momentos no depende solo de la inversión. Mas que esto, está sujeto a la toma de decisiones. En las entidades se necesitan gerentes que conozcan muy bien la administración pública, el manejo contractual y la formulación, como también y desde luego, la ejecución de proyectos.
No podemos venir a decir ahora que estamos en la era de la información, en la era de la economía del conocimiento y que somos parte de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), cuando no estamos cumpliendo con criterios básicos para ello. Por ejemplo, el seguimiento de los indicadores y la difusión de estos es fundamental para mostrar a la ciudadanía el norte que lleva el gobierno.
Los proyectos de reforma como el de la salud, pensional y laboral, no pueden ser un impedimento para que avance la ejecución de los recursos en las regiones. He aquí donde entra a jugar también la experticia de los gobernadores y alcaldes. Es perverso amarrar los avances o retrasos que se tengan en el Congreso de la República con los impactos económicos que se deben lograr en la economía colombiana.
Los retrasos en los impactos sociales implican rezagos en el crecimiento económico. Es así como los efectos no sólo se pueden sentir en estos momentos, sino que se prolongarán en el tiempo. Por tal motivo, se deberá doblegar esfuerzo en horas de trabajo e inversión. Recuperar lo perdido demanda más decisión y empuje con respecto a cuando se avanza en los momentos oportunos. Los gobiernos regionales deben contar con un plan B.
