Resumen
Bassirou Diomaye Faye, recién electo presidente de Senegal, ha visibilizado la práctica poligámica en la política al culminar su campaña con sus dos esposas. La acción ha generado un mix de opiniones y ha abordado debates sobre las costumbres tradicionales y los derechos de género.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Senegal se ve enfrentado a un nuevo panorama político y social tras la elección de Bassirou Diomaye Faye como presidente, quien en un acto sin precedentes culminó su campaña electoral acompañado de sus dos esposas. Este hecho ha despertado el interés internacional al visibilizar la aceptación de la práctica poligámica en el contexto político de una nación predominantemente musulmana.
El mensaje fue claro cuando el recién electo mandatario, con ambas esposas en brazos, hizo su aparición. Sus seguidores, reunidos en masa, celebraron el acto que reivindica una "práctica cultural y religiosa profundamente arraigada en Senegal", según palabras del sociólogo local, Djiby Diakhate. La primera esposa, Marie Khone, comparte 15 años de matrimonio y cuatro hijos con Faye, mientras que la ceremonia con su segunda esposa, Absa, se realizó hace apenas un año.
La reacción pública ha sido un mosaico de opiniones, con voces como la de la popular cantante Mia Guisse defendiendo su rol como segunda esposa con orgullo en un video que ha circulado ampliamente. Por su parte, el sociólogo Fatou Sow Sarr acotó en una entrevista que "estas son decisiones patrimoniales influenciadas por la historia de cada sociedad e incluso, en la actualidad, estos modelos de relación se superponen a otras formas de unión como el matrimonio entre personas del mismo sexo". Esta comparación es particularmente significativa en un país donde ser homosexual se castiga con severidad.
Una corriente de crítica interna, respaldada por un informe del Comité de Derechos Humanos de la ONU, señala que la poligamia perpetúa la desigualdad de género y discrimina a las mujeres. Faye y sus defensores, sin embargo, mantienen que "Occidente no debería juzgar nuestras culturas", alzando la voz contra cualquier intento externo de condenar sus tradiciones.