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Entre luces y movimientos: La tradición navideña de Salome Manrique

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Resumen

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En el apacible rincón del barrio Villa Campestre, 2 etapa de Girón, Santander, se despliega una tradición navideña que trasciende las simples festividades para convertirse en una obra de arte en movimiento. La protagonista de esta historia es Salomé Manrique, una pesebrista apasionada que ha dedicado los últimos 25 años de su vida a crear pesebres en movimiento que capturan la esencia y la magia de la Navidad de una manera única.

La historia de Salomé y sus pesebres comienza con la curiosidad de sus propias hijas. A medida que crecían, sus inquietas mentes comenzaron a preguntar por el pesebre, una tradición que desde niña le inculcaron a sus padres. “Pero mamá, ¿y cuándo hacemos el pesebre?” interrogaban con inocencia. Fue entonces cuando Salomé decidió no solo revivir la costumbre, sino elevarla a un nivel que trascendiera las expectativas convencionales .

De tradición a obra maestra

Lo que comenzó como la simple adquisición de muñecos evolucionó con el tiempo hasta convertirse en una tradición anual que involucra a toda la familia. Con ingenio y creatividad, Salomé y una de sus cuatro hijas dan forma a un pesebre único, construida con cajas de cartón y llenas de detalles que capturan la esencia del nacimiento de Jesús de una manera auténtica y conmovedora.

A lo largo de los años, el pesebre ha experimentado una metamorfosis, reduciendo su espacio, pero no su impacto. El proceso de creación, que toma un día completo, es una odisea donde madre e hija dan vida a un pequeño universo navideño. Con 15 figuras móviles iluminadas por suaves destellos de luces, el pesebre se convierte en un espectáculo en evolución constante, guiado por tres bombillos estratégicamente ubicados que marcan el amanecer, atardecer y anochecer .

La pasión de Salomé por su obra se refleja en cada detalle. Con entusiasmo, describe las distintas escenas que conforman su creación. Desde el campanero que anuncia el inicio del día hasta el chocolatero y el lavandero, cada personaje tiene su papel coreografiado en este pequeño mundo navideño. Una fuente ingeniosa, creada con un motor y una taza conectada a una manguera , añade un toque de realismo con agua que fluye y refluye, mientras la Virgen María, con movimientos delicados, mece al Niño Jesús y le echa aire , detallando momentos llenos de ternura.

El encanto de una Navidad auténtica y llena de tradición.

Pero la dedicación de Salomé no se limita a las figuras tradicionales. Con orgullo, relata cómo ha mandado hacer figuras especiales para las próximas creaciones , como un pastor que esparce pasto y animales que comen, o una escena de una señora haciendo tamales. Cada elemento del pesebre es cuidadosamente concebido, contribuyendo a un presupuesto de alrededor de $3 millones , que refleja la inversión de amor y pasión por la Navidad.

La casa de Salomé no es simplemente un hogar; es un escenario que cobra vida durante las festividades . Invitando a vecinos y amigos a tocar el timbre, Salomé abre las puertas de su hogar para compartir esta maravilla en miniatura. Durante las novenas de aguinaldo, el pesebre se convierte en un punto de encuentro , iluminando las noches con su encanto y proporcionando un escenario perfecto para compartir la espiritualidad de la temporada.

Pero la magia de estos pesebres va más allá de las cuatro paredes del hogar de Salomé. Con cuatro hijas que han adoptado la tradición, el pesebre es ahora una parte intrínseca de su legado familiar . “El próximo año será más grande y más bonito”, promete Salomé con una sonrisa, asegurando que esta tradición seguirá creciendo y eliminando a aquellos que la visitan.

Una invitación a la maravilla navideña.

La dirección, compartida con entusiasmo, invita a todos a sumarse a esta aventura navideña: barrio Villa Campestre, 2 etapa de Girón, casa 21D-26C, 15 . El hogar de Salomé Manrique se convierte en un faro luminoso en la oscura noche de diciembre, invitando a todos a compartir el espíritu navideño y recordar la belleza de una Navidad auténtica y llena de tradición.

Cabe resaltar que, Salomé no solo ha creado un pesebre en movimiento; ha tejido una tradición que une a la comunidad en torno a la magia y la alegría de la Navidad. Su historia, contada a través de luces y movimientos, es un testimonio del poder de las tradiciones para enriquecer nuestras vidas y conectar generaciones en torno a la belleza de la temporada navideña .

En cada detalle, en cada figura en movimiento, resuena el espíritu de la Navidad, recordándonos la importancia de la creatividad, la dedicación y el amor en esta época del año. Así, la travesía navideña de Salomé Manrique continúa iluminando corazones y llevando consigo la esencia eterna de la temporada festiva.

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