Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Están aumentando arbitrariamente las tarifas de la energía eléctrica en Colombia para cobrarle a toda la nación las millonarias sumas de dinero invertidas en Hidroituango, con lo cual quedamos hipotecados al regionalismo antioqueño, cuyas mega-obras, como el Metro de Medellín, también se han financiado con los impuestos que hemos pagado en todo el territorio nacional. Las modernas autopistas que posee Antioquia tienen el sudor y el sacrificio de todos los habitantes de este país, por la fuerza de su representación en el Congreso de la República.
El monopolio del sector eléctrico, consolidado durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuando fuimos despojados de la Empresa Electrificadora de Santander, ha sido el raponazo más grande que le han dado al oriente colombiano y a la autonomía de nuestro departamento. Para mitigar el desconsuelo que nos produjo a los santandereanos esta confiscación, le dejaron solamente un escaño al gobernador de Santander en la junta directiva de la compañía.
Cuando el sector eléctrico era independiente en todas las regiones y contaba con fuentes de generación en los cuatro puntos cardinales del país, la administración del servicio contaba con tarifas razonables. En los últimos años y merced al monopolio antioqueño estamos condenados a pagar unas tarifas arbitrarias, que perjudican a las industrias de transformación de alimentos como los Restaurantes, las Panaderías y también, a los medios de comunicación, especialmente la radio y la televisión.
Que mala suerte hemos tenido en el departamento de Santander, que fue la segunda región de Colombia en contar con una pequeña hidroeléctrica sobre la margen del Río Suratá, en el sitio denominado ‘La Chitota’ y de haber realizado años después la construcción de la Central del Río Lebrija, gracias al ingeniero Daniel González Plata, además de la planta térmica de Barrancabermeja, que fue obra del ingeniero y exparlamentario Hugo Serrano Gómez. Todo eso está hoy bajo control y dominio del monopolio paisa, porque así lo dispuso en su momento el expresidente Álvaro Uribe Vélez, empeñado en que todos los presidentes de Colombia sean antioqueños.
En los últimos meses, los reajustes en el servicio de energía eléctrica, por encima del cuarenta por ciento (40%), están arruinando a la industria santandereana; están obligando a que desaparezcan muchas de las sesenta y siete (67) emisoras comerciales que tiene el departamento. La bancada santandereana en el Congreso de la República es absolutamente inepta e inservible, cuando se trata de mendigar unos subsidios del sector eléctrico para los medios de comunicación, que están atravesando enormes dificultades. ¿Cuándo será que el controvertido senador Jota Pe Hernández, -- una de las pocas voces que se hacen sentir en el Capitolio Nacional de Colombia --, se atreve a hacer un debate sobre lo que pasa en Santander con el reajuste escandaloso de las tarifas de los servicios públicos?