Hay que devolverle majestad al ejercicio limpio de la política

La Constitución Política de 1991, promulgada por el expresidente César Gaviria Trujillo, que remplazó la centenaria Constitución de 1886, dictada por el expresidente Rafael Núñez, que debían llenar las expectativas de la reconciliación nacional entre todas agrupaciones rebeldes. Pero no fue así, porque en el segundo caso, mientras se reunían en Caracas (Venezuela) los delegados de la Coordinadora Nacional Guerrillera ‘Simón Bolívar’, de la que hicieron parte el autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’ (ELN), junto con las autodenominadas ‘Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las guerrillas del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), se dejaba por fuera de eventuales negociaciones de paz al sanguinario ‘Ejército Popular de Liberación’ (EPL), que ahora se denomina ‘Clan del Golfo’, bandidos dedicados al narcotráfico, a la extorsión y el secuestro. Los únicos que se beneficiaron de la amnistía y el indulto fueron los guerrilleros del M-19, que hace tres años lograron colocar presidente de la república  

Se recuerdan las prolongadas exposiciones de alias ‘Alfonso Cano’, líder de las FARC,  en las mesas de diálogo en Caracas (Venezuela), porque este terrorista  era un diletante dialectico, que envolvía la madeja del hilo conductor de las tesis comunistas, como condición para cogobernar a Colombia como ahora lo está haciendo Gustavo Petro Urrego, que ha sido un personaje peligrosamente inteligente, y que quiere perpetuarse en el poder y retomar la guerra de guerrillas desde el Palacio de Nariño, lo cual demuestra la perfidia, la envidia, el odio y la insensatez de este extraño personaje, que tiene muy elevada su auto-estima y que considera que todos los demás seres humanos en Colombia somos sus enemigos.

Esta semana, por la ‘Cadena de Emisoras de la Cordialidad’ estuvimos analizando la explosión de candidaturas presidenciales, ninguna de las cuales puede congregar a su alrededor los doce o quince millones de votos que se necesitan para elegir al próximo mandatario de los colombianos. Sin embargo, en el radar de la opinión pública nacional ya figuran setenta y seis (76) a la presidencia de la República para las elecciones del próximo año, ninguno de los cuales es capaz de colocar esa cifra, porque la ‘Feria del Poder’, incrustada en la vanidad de los seres humanos, ha creído que la actividad política es un lucrativo negocio.

Ha de cambiar el mapa política de Santander y del país en las próximas elecciones parlamentarias, cuando entrarán en escena tres nuevos movimientos políticos, que van a influir en la suerte de la nación, como por ejemplo, el Movimiento de Salvación Nacional, creado por el caudillo conservador  Álvaro Gómez Hurtado, cruelmente asesinado a las puertas de la universidad Sergio Arboleda de Bogotá y reaparecerá el Nuevo Liberalismo, fundado por Luis Carlos Galán Sarmiento, otro mártir de la democracia colombiana. Y por el centro estarán las listas a senado y cámara del Movimiento de la Reserva Activa de las fuerzas militares y de policía, que con ciento cincuenta mil hombres que pertenecieron a la fuerza pública, ahora están dispuestos a elegir senadores, representantes a la cámara y hasta presidente de la República, para devolverle MAJESTAD A LA POLÍTICA.