Resumen
Cerca de 6,000 internos en cárceles de Santander participan en el "Plan Desarme" del programa "Luz de Libertad", entregando armas a cambio de velas simbólicas para reducir la violencia intracarcelaria y fomentar una convivencia pacífica.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Cambiando armas por velas
En un esfuerzo por fomentar la convivencia pacífica y mejorar la seguridad dentro de las prisiones de Santander, cerca de 6,000 internos de la Cárcel Modelo de Bucaramanga y la Penitenciaría de Máxima Seguridad de Palogordo en Girón participan en el “Plan Desarme” como parte del programa “Luz de Libertad”. La iniciativa, que comenzó el 4 de diciembre en la Cárcel Modelo, busca promover un ambiente más seguro y respetuoso, reduciendo la violencia intracarcelaria.
Los internos de ambos centros penitenciarios entregan de manera voluntaria armas cortopunzantes, que suelen ser utilizadas en peleas y enfrentamientos violentos. A cambio de estas armas, los internos reciben una vela simbólica, que será encendida de forma controlada durante la tradicional Noche de las Velitas, el 7 de diciembre. Esta actividad tiene un fuerte componente simbólico, buscando dar inicio a una nueva etapa de paz y respeto dentro de las cárceles.
Hernando Mantilla Medina, defensor de los derechos carcelarios en Santander, subrayó la importancia de este tipo de iniciativas en la transformación del sistema penitenciario. “Estas acciones son fundamentales para avanzar hacia una ‘prisión digna y humana’, que permita mejorar las condiciones de vida dentro de las cárceles y demostrar que es posible convivir en paz”, comentó Mantilla.
El programa, que también se implementa en la Penitenciaría de Palogordo, está dirigido a todos los patios del establecimiento, incluyendo aquellos considerados como los más 'peligrosos'. En total, se han entregado 104 armas de fabricación artesanal en Palogordo, mientras que en la Cárcel Modelo, las entregas se concentraron en los patios 2, 3 y 4, donde históricamente han ocurrido los incidentes de mayor violencia.
Mantilla Medina reafirmó su compromiso con la dignidad de las personas privadas de libertad, señalando que este tipo de acciones son esenciales para avanzar hacia un sistema penitenciario más humano y justo. “Definitivamente, sí se puede vivir en paz dentro de las cárceles”, concluyó el defensor, mientras destacó que esta actividad no solo busca reducir la violencia, sino también ofrecer una nueva oportunidad para los internos, demostrando que la paz es posible incluso en los entornos más complejos.
