Jurado mexicano coronó en México a unos bumangueses como el mejor mariachi del mundo

Desde sombrías habitaciones donde una acongojada familia pretende darle una calurosa despedida de este mundo a algún familiar moribundo, hasta el Palacio de las Bellas Artes en la ciudad de México, así han sido los recintos y los públicos que han sido espectadores de uno de las bandas de folclor mexicano de mayor renombre en Latinoamérica. Lo mejor es que son de aquí mismito, de nuestra querida Bucaramanga, y recientemente regresaron de México donde fueron galardonados como el mejor grupo de mariachis del mundo.

Por Camilo Ernesto Silvera Rueda

Redacción Especial / EL FRENTE

Nos referimos al Mariachi Nuevo Guadalajara 2000, creado 10 años antes que el año de su nombre y en este punto vale la pena decir lo obvio: tiene 33 años ininterrumpidos de saciarle las ganas de buena música representativa del folclor mexicano a cualquiera que los quiera oír y que cuente con los pesitos para contratarlos.

33 años, sí que se dicen rapiditico, pero ha sido finalmente el tiempo que hoy ha llevado a la maduración, consagración y reconocimiento de públicos tanto desprevenidos como expertos a esta agrupación musical que nació una tarde de 1990 en un tradicional punto bumangués, ubicado en uno de los centros musicales de música mexicana de mayor tradición del oriente colombiano, más exactamente en un establecimiento comercial ubicado sobre la carrera 33 conocido como El Guitarrón, donde han tenido escenario los mejores talentos en la música regional mexicana, algunos de ellos con renombre internacional como el propio mariachi Nuevo Guadalajara 2000 o incluso el connotado Jessi Uribe, quien realizó sus primeros pinos afinando melodías desde la tarima de este tradicional establecimiento comercial.

Pablo Guerrero, director de la agrupación musical, en conversación con EL FRENTE recordó que cuando empezó la mayoría de los integrantes alternaba en edad entre muy jóvenes y muy experimentados, por no decir muy mayores, algunos tanto, que partieron de este mundo no sin antes abrirle paso a un relevo generacional que terminó consolidando 33 años después la receta del éxito, esa que combina un tanto de mucho talento con otro tanto de una altísima dosis de diciplina y otra más de responsabilidad.

¿Y de dónde sale tanto talento en Bucaramanga para la música mexicana? “La música tradicional mexicana siempre ha tenido mucha injerencia en Colombia, y Santander particularmente ha sido uno de sus polos de desarrollo no solo en la generación de audiencias sino también en la generación de artistas que logran encontrar un campo en este tipo de música, un campo del desarrollo de su talento, de tal manera que siempre fue muy fácil encontrar músicos expertos en cada uno de los instrumentos que conforman la banda del mariachi, desde los violines, chelos, los vientos, en fin, todos los instrumentos.

Si señores: no se confundan, los mariachis locales son personas con gran formación académica y musical y no llegan a una agrupación musical por casualidad, o porque les tocó, para desvararse y mientras tanto por si las moscas. No señor.

“Al mariachi no se llega por casualidad por azares de la vida, se llega por convicción, por decisión soñada, la gran mayoría de los músicos añoraron incluso desde pequeños vestirse como el propio charro y expresarse con un instrumento o con su propia voz, teniendo siempre como referente a grandes figuras de la música mexicana, al punto de que la elección termina por convertirse en una opción de vida por lo que muchos mariachis logran encontrar un desarrollo económico importante en su oficio. La mayoría de los mariachis de renombre incluso nunca tuvieron una profesión que no fuera esta”, indicó Guerrero quien añadió que mantenerse a lo largo de 33 años no ha sido una labor fácil.

Comenzar siempre es difícil, para todos y como en todos los oficios o profesiones cada una de los elementos logísticos que forman parte del día a día de un mariachi cuestan altas sumas de dinero, desde los instrumentos hasta los ajuares, los cuales pueden tener un costo entre 1 y 3 millones de pesos dependiendo de las respectivas cualidades.

Y contrario a lo que pueda parecer en el caso del Mariachi Nuevo Guadalajara 2000, serenata, música, noche y público no son sinónimo de desorden, incluso, ninguno toma en sus presentaciones y la mayoría opta por no ingerir licor así estén de juerga o por fuera del trabajo.

De esta manera, la agrupación se conforma y se comporta más como una empresa que como una agrupación musical en su sentido más recochero. Y esto implica disciplina y carácter.

“Los integrantes de la agrupación tenemos prohibido tomar a lo largo de las extensas jornadas de trabajo y si bien nuestro objetivo es llevar entretenimiento y alegría no nos confundimos para dejarnos desembocar en pasiones”, recalcó Guerrero quien explicó que una serenata de aproximadamente 40 minutos puede tener un costo de $700,000: “En una noche podemos estar tocando como máximo hasta 10 serenatas, eso en un buen día, porque hay otros en los que la cifra puede llegar a una sola”.

En todo caso por mal que les vaya les va muy bien porque no todo es plata, nos referimos al reconocimiento por su talento, ese que le ha valido de manera consecutiva el mayor galardón que existe en el mundo para premiar a una agrupación de folclor mexicano, premio que se otorga en el propio México, por jurados que en sus orejas, más que oídos, tienen quilateras para medir el peso de lo más selecto entre el nutrido y variopinto mundo de talentos que ha propiciado la música mexicana, y que cada año se reúnen en el Distrito Federal para medirse en una guerra de bandas.