Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En El Salvador, la cuestionada “guerra” contra las pandillas del gobierno de Nayib Bukele ha causado polémica a nivel mundial. Sin embargo, no todas las prisiones en el país siguen la misma línea. Existe una cara menos visible del sistema penitenciario salvadoreño, en la que los presos provenientes de pandillas o no buscan activamente su resocialización.
La prisión La Esperanza y es un ejemplo destacado de este tipo de centros, lejos de las imágenes que circulan de hombres pertenecientes a la temida banda ‘Mara Salvatrucha’, desnudos y confinados. En La Esperanza, los reclusos pagan condenas menos graves y se dedican a actividades productivas y de formación.
También La prisión de San Francisco Gotera, donde la mayoría pandilleros arrepentidos de grupos armados como la Mara Salvatrucha o Barrio 18. Los reclusos, que quieren reincorporarse a la sociedad cuando cumplan sus condenas, reciben formación para aprender a tejer o hacer pan.
Los presos en estas prisiones cumplen horarios en espacios de formación formal o talleres de oficios como carpintería, textilería y zapatería. Según varios medios locales, estas actividades no solo ayudan a los prisioneros a reducir su pena, sino que también les permiten adquirir nuevos conocimientos que les serán útiles cuando vuelvan a la vida libre.
Según prensalibreco. El programa “Yo Cambio”, implementado en todas las prisiones del país, busca reducir el ocio carcelario y potenciar las habilidades de los reclusos para cuando recobren su libertad. A través de este programa, se promueve la salida de reclusos en fase de confianza y semilibertad a trabajos de apoyo a la comunidad, con el objetivo de contribuir a su rehabilitación y reinserción.