Libertad de prensa

Pilar esencial de la democracia y la diversidad informativa 

Cada 3 de mayo el mundo conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una fecha que no solo reconoce el derecho fundamental a informar y ser informado, sino que también resalta la responsabilidad que asumen los medios de comunicación en la defensa de la democracia, los derechos humanos y la participación ciudadana. En Colombia, donde el periodismo enfrenta retos constantes, este día se convierte en un llamado urgente a proteger el oficio y dignificar su ejercicio.

Desde el Sistema de Medios Públicos del país se insiste en que la libertad de prensa es más que un derecho constitucional: es una misión colectiva. “Nuestro compromiso es con la verdad, con los territorios y con las comunidades que construyen nación”, señalaron en un mensaje institucional. Bajo esa consigna, la vocación de servicio público guía a periodistas que, muchas veces desde contextos adversos, dan voz a quienes históricamente han sido silenciados.

Uno de ellos es Rodrigo Victoria, periodista con una larga trayectoria en medios regionales, quien reafirmó que la ética y la determinación siguen siendo los pilares del periodismo comprometido. “Ejercer el periodismo libre hoy es una tarea difícil, pero hay que seguir firmes. La responsabilidad con la audiencia nos exige valentía, claridad y, sobre todo, compromiso social”, aseguró.

El sociólogo Antonio Sinisterra, por su parte, planteó que el periodismo debe ser una herramienta activa en la construcción social: “La prensa debe estar dispuesta al pueblo, abrir espacios de diálogo y facilitar la participación ciudadana. Informar también es formar, conectar y transformar”.

Voces regionales

En un país tan diverso como Colombia, la defensa de la libertad de prensa pasa por fortalecer el periodismo regional. La labor de los comunicadores que recorren veredas, hablan con campesinos, líderes sociales y comunidades rurales no solo enriquece el panorama informativo nacional, sino que le otorga legitimidad a las narrativas que nacen desde las realidades locales.

“El periodismo público no se construye desde el centro hacia la periferia, sino desde las realidades locales hacia el corazón del país”, afirmaron voceros del Sistema de Medios Públicos. Esa apuesta por escuchar a las regiones no solo honra la pluralidad, sino que dignifica el derecho a la información de todas las comunidades, sin importar su ubicación geográfica o nivel socioeconómico.

A pesar de los esfuerzos por mantener viva una prensa libre y diversa, un informe reciente de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y la firma Cifras y Conceptos, titulado “Encuesta Nacional de Libertad de Expresión – 2025”, expone una realidad preocupante: el periodismo en Colombia está atravesado por la precariedad, el agotamiento y una creciente autocensura.

De los 569 trabajadores de medios encuestados —entre periodistas, editores, fotógrafos, verificadores y comunicadores—, el 72 % reconoció haber experimentado algún tipo de desgaste emocional a causa de su labor, aunque el 64 % calificó su salud mental como “muy buena”. La aparente contradicción, según la FLIP, responde a una cultura laboral que minimiza los efectos emocionales del trabajo periodístico o los asocia con debilidad.

El otro rostro de la prensa en Colombia

Entre las principales afectaciones reportadas por los encuestados se encuentran la ansiedad (67 %), los sentimientos de frustración o impotencia (60 %), la fatiga extrema (52 %) y el estrés crónico (40 %). Más preocupante aún: el 62 % admitió haber recurrido a la autocensura o a abandonar temas sensibles por su desgaste emocional. Esta cifra se eleva al 84 % cuando se habla de la percepción sobre colegas que atraviesan situaciones similares.

El informe también reveló desigualdades estructurales en el ejercicio del periodismo. Aunque los hombres representan la mayoría de encuestados (411 frente a 154 mujeres), las periodistas reportaron mayores niveles de desgaste emocional (75,3 % frente al 70,7 % de los hombres). Además, el 51 % de las mujeres dijo que el periodismo representa menos de la mitad de sus ingresos totales, una cifra superior al 41 % reportado por los hombres.

En materia salarial, el 56 % de todos los encuestados afirmó ganar menos de tres millones de pesos mensuales, y el 45 % dijo que debe recurrir a otros trabajos o fuentes de ingreso para complementar su sustento. Esta realidad económica impacta directamente en la posibilidad de ejercer un periodismo crítico e independiente, y refuerza las dinámicas de autocensura y abandono del oficio.

IA y nuevas tensiones

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en las redacciones también ha generado nuevas presiones. Si bien el 46 % de los encuestados ve la IA como una oportunidad, un 18 % la considera un problema con algunos beneficios. Las métricas algorítmicas y la sobreproducción digital imponen cargas adicionales sobre los periodistas, afectando su bienestar y disminuyendo el valor del contenido crítico.

Frente a este panorama, la FLIP advierte que el periodismo corre el riesgo de supeditarse a criterios de visibilidad y rentabilidad, en detrimento de sus principios éticos y editoriales.

La conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa nos recuerda que informar no es solo un derecho individual, sino un servicio público esencial para la democracia. Sin una prensa libre, diversa y protegida, no es posible exigir rendición de cuentas, visibilizar injusticias ni construir una ciudadanía crítica. “Sin prensa libre, no hay democracia posible. Escuchar las voces de los territorios es fortalecer la verdad colectiva de una nación”, concluyó Rodrigo Victoria.

Hoy, más que nunca, Colombia necesita un periodismo que no solo informe, sino que conecte, transforme y defienda el derecho a la verdad. Porque proteger a quienes ejercen esta labor es también proteger la democracia ¿Quién contará la historia si callan a los que la narran?