Los recortes a la ciencia impulsan a científicos estadounidenses a buscar oportunidades en el exterior

Los recortes presupuestarios impulsados por el gobierno de Donald Trump han generado un éxodo de científicos en Estados Unidos. Según una encuesta publicada por la revista Nature, el 75% de los investigadores consultados se muestra interesado en dejar el país, en busca de mejores condiciones laborales y de investigación.

La reciente cancelación de más de 200 subvenciones federales para estudios sobre el VIH, así como la reducción de fondos para investigaciones sobre covid-19 en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), son algunas de las decisiones que han afectado directamente a la comunidad científica. A esto se suma el recorte de 400 millones de dólares a la Universidad de Columbia, como represalia por las protestas en su campus en apoyo a Palestina.

Este clima de incertidumbre ha incrementado la preocupación entre estudiantes de posgrado y científicos en formación. Michael Friedlander, director del Instituto de Investigación Biomédica Fralin de Virginia Tech, advirtió que muchos se replantean su futuro en la ciencia. Una encuesta de la Asociación Nacional de Postdoctorados refleja ese malestar: el 43% teme perder su puesto y el 35% ha sufrido retrasos o amenazas a sus investigaciones.

El impacto ya se refleja en las cifras. Entre enero y marzo de este año, el número de solicitudes de científicos estadounidenses a empleos fuera del país aumentó un 32%, mientras que el interés de candidatos extranjeros por trabajar en EE. UU. cayó notablemente. Las postulaciones desde Europa, China y Canadá disminuyeron entre un 13% y 41%, según Nature Careers.

Ante este panorama, instituciones internacionales han comenzado a atraer talento estadounidense. Una de las iniciativas más visibles es el programa 'Un lugar seguro para la ciencia', lanzado por la Universidad de Aix-Marsella (Francia), que invertirá 15 millones de euros para acoger a científicos afectados por los recortes en EE. UU.

Con estos movimientos, se agudiza el temor de que Estados Unidos pierda su liderazgo en innovación y desarrollo científico.