Manada de elefantes aplastó la vida de un trabajador maderero
Resumen
El ataque de una manada de elefantes en Malasia causó la muerte de un trabajador maderero. La deforestación reduce el hábitat de elefantes, provocando más encuentros con humanos. Las autoridades despliegan operativos para localizar a los animales.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El ataque de una manada de elefantes salvajes en el norte de Malasia ha causado conmoción nacional por la brutalidad y rareza del hecho. El incidente ocurrió en un campamento maderero del distrito de Gua Musang, en el estado de Kelantan, donde un trabajador identificado como Saidi Jahari, de 43 años, perdió la vida tras ser embestido por los animales.
De acuerdo con la información oficial, Saidi y cinco compañeros se encontraban descansando en un campamento improvisado cuando, durante la noche, una manada de elefantes irrumpió en la zona. Los hombres despertaron alarmados por los ruidos y el olor de los animales, lo que provocó una huida desesperada hacia el bosque. Sin embargo, la víctima no logró escapar a tiempo y fue alcanzada por los paquidermos, que le provocaron graves fracturas en las piernas.
Según la agencia pública Bernama, tras el primer ataque, el elefante macho líder del grupo regresó momentos después y arremetió nuevamente contra el campamento, terminando con la vida del trabajador. Sus compañeros intentaron protegerlo dentro de una casa comunal, pero debieron huir al ver que los animales continuaban atacando. Horas más tarde, el cuerpo sin vida de Saidi fue hallado en un sendero cercano, con heridas compatibles con el pisoteo de los elefantes.
El jefe de la Policía local, Sik Choon Foo, informó que el Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales de Malasia desplegó un operativo para localizar a la manada y prevenir nuevos incidentes. Las autoridades recordaron que este tipo de ataques se ha vuelto más frecuente debido a la expansión de la tala de bosques, que reduce el hábitat natural de los elefantes y los empuja hacia zonas habitadas en busca de alimento.
Saidi Jahari, quien tenía casi 30 años de experiencia en el sector maderero, llevaba apenas dos semanas trabajando en el lugar donde ocurrió la tragedia. Su hermano menor, Sulaiman Jahari, relató entre lágrimas que nunca había tenido problemas con animales salvajes: “No esperaba que fuera nuestra última conversación. Estaba contento y hablaba de regresar pronto”.
El trágico suceso reabre el debate sobre la relación entre el ser humano y la vida silvestre en Malasia, donde los conflictos entre ambos aumentan cada año. Las autoridades continúan en labores de rastreo de la manada mientras las comunidades madereras piden mayores medidas de seguridad en las zonas rurales.
