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Matemático colombiano deja a Corea del Norte sin internet en respuesta a un ataque previo

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Resumen

El matemático colombiano Alejandro Cáceres desactivó el sistema de internet de Corea del Norte en represalia a un ataque cibernético que recibió de dicho país. Su acción despertó el interés de la inteligencia de EE.UU.

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Matemático colombiano desactiva internet de Corea del Norte como acto de represalia

En un giro de eventos que parecen sacados de una novela de espionaje digital, el matemático colombiano Alejandro Cáceres se vio envuelto en una confrontación cibernética con el régimen de Corea del Norte. Como respuesta a un ataque cibernético que sufrió primero por parte de supuestos agentes norcoreanos, Cáceres lanzó un contraataque que resultó en la inactivación del sistema de internet del país asiático por varios días.

En una reveladora entrevista con Vilma Tarazona para Univisión, Cáceres decidió, por primera vez, mostrar su rostro y hablar de su logro. *"Desde mi adolescencia tenía una fascinación por los secretos del mundo del hacking",* dijo, explicando lo que lo motivó a embarcarse en esta impresionante hazaña.

*"Ellos me atacaron primero, haciéndose pasar por un cliente. Me enviaron un virus que tomó control de mi ordenador,"* afirmó Cáceres, describiendo el origen del conflicto. Su reacción fue diseñar y enviar un programa devastador para la infraestructura de internet norcoreana, dejando al país aislado virtualmente del mundo exterior.

A raíz de su acción, los entes de inteligencia de Estados Unidos se pusieron en contacto con él para aprender de sus métodos. Además, Cáceres reveló que lleva consigo un par de microchips implantados en sus manos, los cuales le sirven como mecanismos de almacenamiento de información portátiles y, según menciona, hasta podrían usarse para abrir puertas de hotel.

Esta historia destaca no solo el alcance de la ciberguerra moderna, sino también el protagonismo inesperado que puede tener un individuo en ella. Sin duda, la capacidad de un solo hacker para paralizar la infraestructura de un estado-nación es una muestra del poder disruptivo de la tecnología en el siglo XXI.

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