Muere Toño García, icono de la música tradicional colombiana

Manuel Antonio García Caro, conocido cariñosamente como Toño García, el último gaitero de San Jacinto que seguía vivo, ha fallecido, dejando un vacío enorme en la música tradicional de Colombia. Reconocido por su maestría en la ejecución de la gaita hembra, Toño García fue un pilar fundamental del grupo musical Gaiteros de San Jacinto y un sembrador de sonidos cuya influencia trasciende generaciones.

Nacido el 20 de enero de 1930 en el corregimiento Las Mercedes, San Jacinto, Toño dedicó su vida a la música. Desde joven, su talento con la gaita hembra, un instrumento con cinco agujeros, lo distinguió de otros músicos. Este instrumento, con su repique distintivo, se convirtió en una extensión de su alma, mientras que la gaita macho, con dos agujeros, complementaba su sonido único.

Toño García no solo era conocido por su habilidad musical sino también por su nobleza y sensibilidad. Su gaita fue un bálsamo para el alma, transformando el dolor en melodías que resuenan en los corazones de quienes lo escucharon. Aunque en los últimos años se había retirado de las presentaciones públicas debido a problemas de salud, la música nunca dejó de acompañarlo. En su mecedora, Toño viajaba en el tiempo, despertando con cada vaivén los ecos de gaitas que lo llevaban a los recuerdos más remotos y presentes.

A los 19 años, Toño conoció a Candelaria García Díaz, de 17 años, con quien formó una familia de cuatro hijos. Su relación, iniciada en la juventud, se convirtió en una historia de amor y compromiso, reflejada en su descendencia.

La partida de Toño García ha sido profundamente sentida, especialmente en la organización del Festival Nacional Autóctono de Gaitas. La organización expresó su pesar, destacando su humildad y grandeza: “Que suenen las gaitas en su honor, con él se va la humildad, la nobleza de hombre grande. El más grande de los caciques gaiteros”.

Toño García, con su gaita y su nobleza, deja un vacío en la música tradicional de Colombia. Sin embargo, su legado perdurará a través de las generaciones, manteniendo vivo el espíritu de la gaita y la cultura de San Jacinto.