Reflexión crítica sobre el antiguo arte de pensar

Roberto Palacio, en su obra La era de la ansiedad.  Sobre el pensamiento y la emocionalidad en un mundo sin utopías, demuestra la faceta más significativa de todo aquel que se dedique al mundo de la filosofía: reflexionar, de manera crítica, sobre el panorama actual, amparado en diferentes autores, con el posible propósito de invitar a seguir su ejemplo: repensar todo lo que muchos dan por inamovible y estático.

En esta nueva obra de Editorial Planeta Colombiana S. A., el filósofo y ensayista colombiano, desde su condición de docente, ahonda en nueve aspectos, que, de una manera u otra, están asociados al arte de pensar esta época: Identidad, El amor, La virtualidad, Cultura Woke, Argumentación, El conocimiento, La educación, La felicidad y Filosofía. Desde laIntroducción, informa a los lectores que su libro «Está escrito de tal manera que cualquiera lo pueda entender. El que quiera pensar los tiempos en que vivimos quizá pueda encontrar algo de valor acá». De igual forma, en la parte final concluye, con cierto tono esperanzador, que «Sabemos que una existencia entre los libros e ideas es capaz de transformar el mundo».

La obra devela profundas reflexiones de un ser que cuestiona y genera puentes para llevar a un análisis serio, sin fanatismos, sin una ideología predominante, de cada una de las facetas que la sociedad actual ha tenido que vivir y padecer. Para ello, el maestro Palacio encuentra en sus lecturas de cabecera, referentes válidos y actuales para una comprensión crítica y madura de este acontecer, en el que «[...] lo que está en la red, especialmente la información, no se puede dejar de consumir, como las Pringles».

Con una serie de libros, predominantemente filosóficos, el autor argumenta cada idea que postula. Para ello, al final de cada capítulo, recomienda y señala sus fuentes de información: que incluyen a Nietzsche, Pascal, Byung-Chul, Bauman, Sartre, Arendt, Camus, Montaigne, Nussbaum, Russell y a Heráclito, entre otros. Entre todo ese transitar de ideas, sus posturas están encaminadas a lograr que, a través del acto de pensar, se llegue a una «vida examinada», una existencia, que realice la pausa en el camino. De ahí que la filosofía se erija, tomando la metáfora de Mary Midgley, como plomería, porque indaga en lo que está oculto, en lo que se asume que está ahí, pero «[...] pocas veces examinamos su actividad o procedencia».

Del acto de pensar, como sabiamente la filosofía lo ha realizado, el autor concluye ideas, que deberían ser vistas como posibles pasajes a otras dimensiones, como invitaciones formales a indagar, a consultar, a reflexionar sobre el acto de estar en este mundo, tales como «Pensar es un juego mimético en el que gano cuando lo imitado lo he incorporado, cuando lo he convertido en parte mía, cuando lo hago a mi manera» y «[...] nuestro sistema de pensamiento está hecho para “procesar el mundo”.  Cuando lo volcamos exclusivamente hacia sí mismo, este hace lo mismo que los órganos del cuerpo bajo la desnutrición: se consume a sí mismo», en las que se evidencia la capacidad del maestro Palacio de vincular saberes, lecturas y referencias, que dan cuenta de un lector voraz de la época actual y de sus desvaríos constantes.

Este libro es un aliciente para todos aquellos que han descubierto que vivir a plenitud no es dejarse llevar por las tendencias y exigencias establecidas por el sistema, sino como consecuencia de una profunda reflexión, en la que las ideas no son pataletas impuestas a la fuerza.

*Catedrático de la Universidad Industrial de Santander