Retos de Santander tras garrotera de Trump a la economía mundial
Resumen
La Agroferia 2025 en Santander destaca la exportación agropecuaria en medio del caos comercial causado por los aranceles de Trump. La política de 'aranceles recíprocos' afecta las exportaciones, generando incertidumbre y amenazando la economía global y la confianza comercial.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Se aproxima la Agroferia 2025 en Santander, un espacio vital para el agro colombiano, que expone la riqueza del campo y sirve de termómetro para medir el pulso del comercio internacional.
En un mundo sacudido por tensiones económicas, el agro santandereano se ha consolidado como motor exportador, en especial hacia Estados Unidos. Pero ese motor hoy se tambalea ante una amenaza inesperada y confusa derivada de los aranceles de Donald Trump.
El presidente estadounidense ha desatado una guerra comercial no declarada pero sí efectiva. Su política de “aranceles recíprocos” convierte el libre comercio en un sistema de chantajes bilaterales.
En lugar de reglas claras y estabilidad, propone un tablero donde cada país debe pagar peaje para entrar al mayor mercado del mundo. ¿El precio final y las consecuencias?, aún nadie sabe con certeza. Y ese es justamente el mayor peligro, la incertidumbre.
Mientras México y Canadá parecen momentáneamente a salvo, otros países, como Colombia, enfrentan un panorama de suspenso. Trump impuso el 10% de arancel a los productos nacionales, con lo cual se aplica un golpe directo y con consecuencias impredecibles a sectores como el agro santandereano, cuya competitividad depende en gran medida de los bajos costos de exportación.
Estados Unidos empezó a jugar con fuego. Impulsar la industria local a través de aranceles suena bien en teoría, pero en la práctica amenaza con desmembrar cadenas de suministro que tomaron décadas construir.
Compañías como Apple y Nike, cuyos productos se elaboran en China ya sienten los letales efectos con costos por las nubes, planes logísticos en jaque y una caída en bolsa que no pasa desapercibida.
Donald Trump no sólo impone barreras, sino que genera miedo y se ufana de hacerlo. Y ese miedo paraliza. Las decisiones de inversión global requieren certezas a largo plazo.
Cuando el líder del país más poderoso del mundo actúa como un negociador de feria, lo que está en juego no son sólo tarifas, sino la confianza en todo el sistema económico global.
La misma confianza que permitió que regiones como Santander florecieran en el comercio exterior, sobretodo de productos derivados del agro como café, cítricos, cacao y carne, con los cuales no se depende de las exportaciones de bienes no mineros energéticos.
Los aranceles son hoy una excusa. El garrote de Trump no golpea productos, golpea relaciones. Y aunque la amenaza aún se reviste de ambigüedad, ya tiene víctimas que son la planificación empresarial, la inversión extranjera y la estabilidad comercial.
La Agroferia llega en un momento crucial. Santander deberá demostrar que su agro es resiliente, adaptable y capaz de diversificarse, en productos y mercados, ante la tormenta.
Si algo queda claro, es que el nuevo lenguaje del comercio mundial ya no es con tratados, sino con presiones. Y Colombia, si quiere mantenerse en la mesa, deberá saber negociar sin perder dignidad ni soberanía.