Resumen
En lo corrido del año se han registrado más de 108 sicariatos en el Magdalena Medio
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En un trágico suceso ocurrido la noche del miércoles 25 de octubre en el barrio Los Corales de la comuna 7 en Barrancabermeja, un hombre de 29 años de edad, identificado como José Gabriel Barcha Giraldo, fue asesinado por sicarios, en un incidente que evoca dolorosas. memorias familiares.
Alias 'Barcha', como era conocido por sus allegados, se dedicaba al transporte informal y, según testimonios de testigos presenciales, fue atacado por hombres armados mientras se desplazaba en una motocicleta. Los agresores dispararon en cinco ocasiones, impactando a la víctima. Posteriormente, tras el ataque, 'Barcha' fue trasladado a la Clínica San José.
A pesar de los esfuerzos médicos, lamentablemente, José Gabriel Barcha Giraldo no sobrevivió y falleció en el centro médico. Mientras tanto, los autores del ataque se dieron a la fuga con rumbo desconocido.
Uno de los testigos del trágico evento relató: "Escuchamos los disparos y vimos al muchacho ahí tendido. En la misma moto en la que estaba montada, un conocido se lo llevó para la clínica, después nos enteramos de que murió".
La Sijin de la Policía del Magdalena Medio se encargó de realizar el levantamiento del cuerpo y recolectar las evidencias necesarias para identificar y capturar a los responsables de este homicidio.
Este incidente cobra una dimensión aún más dolorosa, ya que hace tres años, en septiembre de 2020, un hermano de José Gabriel, identificado como Jhon Germán Barcha Giraldo, también fue asesinado en circunstancias similares. En esa ocasión, Jhon Germán recibió un disparo en el rostro en el barrio Villa Rosa de Barrancabermeja por parte de sicarios que se desplazaban en una motocicleta. A pesar de los esfuerzos médicos, lamentablemente falleció.
Jhon Germán Barcha Giraldo tenía 29 años en el momento de su muerte y contaba con antecedentes por delitos como hurto, violencia intrafamiliar, lesiones personales y daño en bien ajeno. La repetición de la tragedia en la misma familia es un recordatorio doloroso de la violencia que persiste en la región.