¿Una bolsita de papas puede dañar un ecosistema? Así fue como se alteró una cueva en EE.UU.

Una simple bolsa de papas fritas que cayó al suelo provocó una grave alteración en el ecosistema aislado de una cueva en el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad. Las autoridades del parque informaron que la alta humedad de la cueva (entre 90% y 100%) hizo que la bolsa se empapara rápidamente, atrayendo microbios y favoreciendo la aparición de moho.

Este hecho, aunque parezca menor, puede tener consecuencias significativas, ya que los alimentos blandos atraen a insectos y murciélagos, que a su vez propagan la contaminación dentro del entorno cavernario.

A pesar de que los guardas encontraron y retiraron la bolsa en pocas horas, se estima que algunos grillos de las cavernas pudieron haber consumido parte de las patatas, iniciando una cadena de alteraciones en el ecosistema. Este incidente subraya la importancia de la campaña "Leave No Trace" (No dejar rastro), que busca concientizar a los millones de visitantes de parques y terrenos públicos en Estados Unidos sobre la necesidad de recoger todos los desechos.

La descomposición de restos de comida puede tardar mucho tiempo, especialmente en ciertos ambientes, y los envases pueden persistir durante siglos. Además, dejar residuos introduce dietas antinaturales para los animales y puede cambiar su comportamiento, con consecuencias fatales en algunos casos.

Animales que confunden plástico con comida pueden morir de hambre, y osos que se habitúan a la basura humana pueden ser sacrificados. Incluso los residuos biológicos, como heces de animales y humanos, pueden introducir patógenos dañinos en los ecosistemas y fuentes de agua.

Los expertos recomiendan medidas como el uso de "bolsas de heces" para desechos humanos, enfatizando que recoger todos los residuos es fundamental para proteger la vida silvestre y la integridad de los entornos naturales.