Resumen
Las dos últimas administraciones de Bucaramanga redujeron los espacios de circulación de los vehículos automotores y acabaron congestionando las vías públicas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)A pesar de los esfuerzos que haya hecho el alcalde Juan Carlos Cárdenas Rey y su equipo de gobierno para gestionar y conseguir millonarios recursos en la remodelación de calles, parques y avenidas, la capital de Santander ha perdido sus encantos y se ha convertido en un muladar invadido por migrantes venezolanos, por mercaderes campesinos, por carros piratas, por vendedores ambulantes que se tomaron el centro de la capital santandereana. Era la ‘Ciudad Bonita’, que soñara el escritor y periodista Yamit Amat, cuando las autoridades eran designadas por el gobernador del departamento y cada cual cumplía su tarea para la buena presentación de esta metrópoli.
Las dos últimas administraciones de Bucaramanga redujeron los espacios de circulación de los vehículos automotores y acabaron congestionando las vías públicas, construyendo unas ciclo-rutas que muy pocos utilizan para su desplazamiento y derrochando los dineros públicos que habían podido utilizarse para construir el anillo vial externo, programado por la administración de Luis Francisco Bohórquez Pedraza, que construyó los intercambiadores viales del Mesón de los Búcaros, de la Avenida Quebrada Seca y Viaducto de la Novena, aplicando la valorización por beneficio general.
Los terrenos adquiridos para la construcción del corredor vial de la calle 54, que debía conectar las vías periféricas del oriente y occidente de Bucaramanga, entre la carrera 33 y la ‘Ciudadela Real de Minas’, están invadidos hoy por algunos de sus antiguos propietarios y por supuestos inquilinos de los bienes públicos, que seguramente estarán pagando irrisorios cánones de arrendamiento a la municipalidad. Esta administración del arquitecto Juan Carlos Cárdenas, se había comprometido a realizar esta conexión vial y nos quedamos esperando su realización.
Los dineros provenientes del gravamen de valorización están agotados y algunas de las obras de la malla vial se quedaron sin hacer. La remodelación de parques, calles y avenidas, que el alcalde Juan Carlos Cárdenas quiso ejecutar, aplicando la figura de la ‘URGENCIA MANIFIESTA’ para eludir las licitaciones públicas, se convertirá en una pesadilla judicial, porque se violaron las normas sobre contratación oficial, para favorecer a contratistas de diferentes regiones del país, que participaron del festín.
El estado en que se encuentran los parques del Centenario, San Francisco, Cabecera del Llano, San Pío, Ciudad Mutis, Custodio García Rovira, La Concordia, Turbay, Ciudadela Real de Minas y la Plaza Cívica ‘Luis Carlos Galán’, además de la zona histórica de la calle 37 con carreras 10 y 15, -- que fue la primera calle Real de Bucaramanga --, con obras iniciadas hace casi dos años, muestra la inercia en que se mueven los negocios de la contratación oficial en esta ciudad.
Al finalizar el gobierno del alcalde Juan Carlos Cárdenas Rey, la capital de Santander quedará endeudada con las entidades financieras en más de trescientos mil millones de pesos,con un catálogo de proyectos sin ejecutar, con una sinfonía de obras inconclusas y con una cuantiosa deuda pública, que tendremos que pagar a base de impuestos. Bajo su administración fracasó el proyecto de la nueva Planta Procesadora de Basuras, una mala herencia de su antecesor, el ingeniero Rodolfo Hernández, que tampoco pudo cumplir lo prometido en materia de desarrollo urbano.