Resumen
El 'Pacto Histórico' en Colombia ha fallado en la gestión del país, aumentando la burocracia y enriqueciendo a funcionarios, resultando en mayor crimen y posibles riesgos de guerra civil. Se llama a un gobierno de unidad nacional para contrarrestar el daño.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El arsenal político del ‘Pacto Histórico’ no estaba preparado para gobernar a Colombia y muchos de sus integrantes creyeron que podrían hacerlo, creando barreras de odio, como en los viejos tiempos del sectarismo político, sumidos en la ignorancia de la Constitución Nacional y de las leyes de la República, que establecen el ordenamiento jurídico para las tres ramas del poder público.
Supina ignorancia en ministerios y cargos diplomáticos, donde multiplicaron la burocracia oficial, creando nuevas embajadas y agencias consulares, con el solo propósito de enriquecerse como lo han hecho los altos funcionarios que colocaron en la Agencia de Control del Riesgo, con la compra de una flotilla de carrotanques que dejaron tirados en la zona desértica de la Península de la Guajira, dizque para resolver los problemas del hambre y la sequía.
Indígenas adoctrinados como milicias a sueldo para proteger los intereses de los nuevos amos del poder, han desfigurado la esencia de la democracia. Guerrillas que jamás han creído en una solución política al conflicto armado y que han despreciado las oportunidades para la reconciliación con el país.
Hay más crímenes ahora en Colombia que en el gobierno del expresidente Iván Duque Márquez. Los casos de sicariato en diferentes regiones del país, pero especialmente en ciudades capitales, marcan el termómetro de la terrible inseguridad que estamos padeciendo y que puede desencadenar una guerra civil, porque el derecho a la propiedad privada habrá que defenderlo a cualquier precio.
La composición política del Congreso de la República, donde los partidos políticos de centro y de centro derecha tienen mayor representación y mayor claridad, que la supina ignorancia de agitadores de primera línea que hace más de dos años incendiaban universidades públicas y se vanagloriaban de lanzar bombas incendiarias para hacerse sentir en medio de una sociedad que los rechaza y los repudia, impone la necesidad de un ‘Gobierno de Unidad Nacional’. Petro, que varias veces ha citado el pensamiento y la filosofía del caudillo conservador, Álvaro Gómez Hurtado, debería abrir las ventanas de la colaboración a otras organizaciones electorales.
Los agresivos vasallos del ‘Pacto Histórico’, deberían reflexionar sobre el enorme daño que le están haciendo a la nación en estos dos años del gobierno del doctor Gustavo Petro Urrego, porque desplazaron de los ministerios e institutos descentralizados a todos aquellos talentos humanos que podían contribuir a la reactivación de nuestra economía, como fue el retiro del primer gabinete ministerial que apenas les duró cuatro meses, y donde la sabiduría de Alejandro Gaviria, de Cecilia López Montaño, de Guillermo Reyes y de José Antonio Ocampo, fue remplazada por algunos gamines que solamente saben gritar para idolatrar a su jefe político.
