Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Bucaramanga se enfrenta a una realidad carcelaria preocupante, la cual muestra que existe un hacinamiento superior al 800%, en los centros de reclusión transitoria, con lo cual se vulneran los derechos humanos de las personas privadas de la libertad y colapsa las instalaciones de las estaciones de policía.
Ante esta situación, la construcción de un Centro de Detención Transitoria, CDT, planteado por el Alcalde, Jaime Andrés Beltrán Martínez, desde su campaña electoral, se presenta como una necesidad urgente y una solución viable para enfrentar esta crisis.
Es importante destacar que, en las últimas horas y tras el cambio del Ministro de Justicia, Néstor Osuna por Ángela Camargo, Beltrán Martínez le solicitó a la nueva Ministra que se continúe con los avances realizados en este sentido durante la gestión del exministro de Justicia Osuna para poder construir el Centro de Detención Transitoria.
Con la llegada de la nueva ministra de Justicia, Ángela Buitrago, expresamos nuestro deseo para que se continúe con este proyecto, se le dé viabilidad y se convierta en una realidad palpable para la capital santandereana, que lo necesita de forma urgente.
Sin embargo, algunas voces brotadas desde la comunidad han expresado dudas sobre la viabilidad del CDT, considerándolo una utopía. Es importante disipar estas dudas y enfatizar que la construcción del CDT no es un sueño inalcanzable, sino una necesidad imperiosa para garantizar un sistema penitenciario justo y humano.
El hacinamiento actual en las estaciones de policía no sólo viola los derechos humanos de los detenidos, sino que también pone en riesgo la seguridad de los propios custodios y de la ciudadanía en general. Las condiciones precarias y la sobrepoblación generan un ambiente propicio para la violencia, los motines y la propagación de enfermedades.
El CDT, por su parte, ofrecería un espacio adecuado para la reclusión temporal de las personas detenidas, garantizándoles condiciones dignas y acorde a los estándares internacionales de derechos humanos.
Además, permitiría liberar espacio en las estaciones de policía, con lo cual se permitiría que los agentes de Policía, se concentren en sus labores de patrullaje y prevención del delito.
Es cierto que existen alternativas como el arriendo de instalaciones o convenios con el INPEC. Sin embargo, estas soluciones son temporales y no ofrecen la misma capacidad ni las mismas garantías de un CDT, además de gasto de recursos en favor de terceros que se pueden empelar de mejor manera en otros menesteres.
Si consideramos esta propuesta a largo plazo, la construcción de un centro propio de reclusión es la inversión más rentable y sostenible para enfrentar el hacinamiento carcelario en Bucaramanga.
Esperamos, y deseamos que la ministra Ángela Buitrago continúe con el trabajo que se ha adelantado con su predecesor y haga del CDT de Bucaramanga una realidad. Esta obra no sólo mejorará las condiciones de vida de las personas privadas de la libertad, sino que también contribuirá a la seguridad y el bienestar de toda la comunidad.
