Resumen
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Por: Oscar Jahir Hernández Rugeles. Ferley Guillermo González Ortiz, el actual director de la dirección de tránsito del municipio de Floridablanca, es hijo del ex concejal del partido liberal Guillermo González, el mismo que el día en que se votó la aprobación del Plan de Ordenamiento Territorial de ese municipio, se levantó de la silla para homenajear a los corruptos que estaban detrás del volteo de tierras en el que se convirtió ese proyecto de acuerdo.
La cercanía que ha tenido González Ortiz con actuaciones indebidas e ilegales en el ejercicio de la función pública no es nueva, algo que se demuestra fácilmente en su paso por la CDMB, la Contraloría de Santander, la Contraloría y la Personería de Bucaramanga y el Área Metropolitana, cargos que nunca estuvieron precedidos por meritocracia o situaciones ajenas a la recomendación política.
Esto mismo acontece con el cargo que ejerce en la actualidad, donde en menos de dos años ha logrado ganarse con creces el rechazo de los alféreces, los empleados de la entidad y los usuarios del servicio que han tenido que ver cómo desde su llegada al cargo, lo único que ha hecho es complacer las directrices burocráticas y contractuales de la administración en favor de sus propios intereses sumado a las presiones indebidas a los contratistas para que apoyen a su primo Ronald González al Concejo de Floridablanca por el Partido Liberal.
El descaro ha sido tan grande que en los últimos meses se han contratado más de 200 personas en plena campaña electoral, personas que en su condición de gestores sociales solo se ven por las calles comiendo helado todo el día porque tienen la tranquilidad de saber que sus contratos están condicionados a las reuniones políticas que le hagan al alcalde y al director y no al servicio que le deberían prestar a los ciudadanos. Pero como si eso no fuera poco, la contratación al interior de la entidad se maneja como cuando se está repartiendo un sancocho: a ojo.
Y una muestra de ello es lo que acaba de pasar con el contrato de construcción, suministro y montaje de dos cruces semaforizados dentro de la licitación de obra pública 001 de 2023, el cual le fue entregado a la unión temporal diamante integrada por la empresa Focus Ingeniería S.A.S y Javier Moreno Rivero, quien lleva más de tres años sin vender un bombillo para semáforos.
Este proceso fue objeto de denuncia por parte de uno de los interesados en el mismo cuando advirtió sobre la alteración de los pliegos y el direccionamiento indebido durante todo el proceso por parte del funcionario Isnardo Mantilla Jaimes, el mismo que está detrás de las adjudicaciones de todos los contratos de pintura vial denunciados como ilegales.
Situaciones como estas se vienen dando a diario sin que la Contraloría Municipal mueva un dedo en favor de la ciudadanía o que los veedores de hambre que tanto abundan en el municipio salgan en defensa de los recursos públicos. González será otro director de tránsito más que se estampa la indignidad en la frente.
