El regreso de Marcos Cortés

Por: José Oscar Fajardo. Una vez vimos una película francesa de cine club, un combito de adoradores del cine, con un llamativo título que es el que le da el título a esta columna: El regreso de Martín Guerre. Ahí tuvimos caramelo para varios debates por tratarse de un personaje insólito, y por ser una cinta demasiado bien trabajada.

Pero la película no trata de política, y mucho menos de asuntos electorales. Lo curioso es que se trata en mi concepto, como Marcos Cortés, de un personaje insólito. Véase esa película, Marcos Cortés. Luces, cámara, acción.

Antes de continuar mi perorata, debo recordarles que, fiel a mi filosofía del periodismo, y como columnista que genera opinión, siempre he tenido la deferencia de exaltar a los personajes barboseños que se destacan por sus aciertos en cualquiera de sus actividades sociales. En este caso, de la actividad política de Maros Cortés, y su triunfo inobjetable en las elecciones del domingo anterior. Pues el hombre ganó la contienda por encima de todos los pronósticos de sus muchos opositores, e incluso detractores políticos.

Pero una elección política es como un partido de fútbol. Sólo hasta que el árbitro dé el pitazo final, se sabe cómo quedó el partido. Le dieron garrote “ventiao” durante la campaña, pero él ya está curtido y sabe de sobra que los políticos, como cualquiera persona pública, está en todo momento expuesto, o al garrote malintencionado y vulgar de los detractores, o la loa y las flores de sus adeptos y de sus admiradores. Entre otras consideraciones no tan filosóficas, por desgracia así es el engranaje de la política.

Ya con anterioridad se lo manifesté personalmente a Marcos Cortés, y ahora lo hago desde esta mi tribuna periodística, que como barboseño legítimo, como Comunicador Social-Periodista, escritor, y gestor cultural, debo y tengo que augurarle desde ya, un rotundo éxito en su gestión administrativa. Pues yo, por mi larga experiencia periodística profesional de más de tres décadas, sé que Barbosa, por su intrincada formación sociológica y por su diversidad cultural, por su estrepitoso y desaforado desarrollo económico, es una ciudad algo difícil de gobernar.

Por esa y por muchas otras razones, debo desearle acierto total en sus acciones y en sus decisiones, puesto que un yerro desafortunado en alguna de ellas, puede llegar a significarle un yerro no deseado ni malintencionado en contra de la comunidad. Y sea como sea y lo que sea, todos somos Barbosa.

Como sé que usted Marcos, es un hombre de libros y de lecturas intensas, al igual que lo soy yo, le sugiero muy respetuosamente, que meta todos los niños y las niñas, sobre todo de los barrios marginales y sectores deprimidos, a los colegios, a la universidad, al Sena, a las bibliotecas, a los talleres de Bellas Artes, a los talleres de cuento, poesía, y danza, a los eventos científicos así sean de mediana talla, a los centros deportivos de todas las vertientes, que con eso no se les da chance ni oportunidad que ingresen al tenebroso mundo de las drogas psicoactivas, del alcohol, de la delincuencia, incluso al camino de la muerte física o social, antes de desarrollar un proyecto de vida acertado y productivo para el bien de cada cual, de sus padres, y de su familia en general. Así lograremos una Barbosa grande, un Santander progresista, y una Colombia potencia de la vida.

Le reitero, alcalde electo de Barbosa La Bella, Marco Alirio Cortés Torres, que estas modestas insinuaciones las hago con el debido respeto a su nueva investidura, a sus capacidades profesionales y a sus cualidades intelectuales, y que no me induce ni me reviste ningún interés personal ni laboral. Sólo me atengo a la autonomía que me da ser autor de varios libros, como también el de ser ganador de varios premios en literatura y en periodismo que son las dos, con suprema sencillez lo anoto, mis profesiones de planta.

Sólo me resta desearle que Dios le ilumine el camino y le dé luz a su mente para que obre en justicia.