Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Luis Eduardo Jaimes. Cada día se está acabando el mundo de la fantasía de los niños adultos, porque no sabemos en qué país vivimos, los escritores, analistas de la realidad, donde viven los animales políticos, se encuentran entre los amos de las jaurías, que desangran la esperanza. Las guerras rompen, las noches y los días, donde yace media humanidad cubiertos de gritos y lamentos, en esta oscuridad de los tiempos.
Me limito a estar en mi país, que por todos los costados, un gobierno ataca a los ciudadanos con el miedo, impuestos y el hambre. Si miramos las encuestas del decrecimiento de nuestra economía, junto al desbarajuste, un Estado sin gobierno, que su camino cada día tiende a comprimir la familia que busca como subsistir. Buscan en pan diario, mientras los que manejan el país, se lo roban a manos llenas. Hacen fiesta con los dineros de los contribuyentes y las ganancias de algunas empresas públicas. Terminando en la expresión del ciudadano común y corriente… ¡Qué corrupción, cómo roban!
Ahí está la Vicepresidenta y Ministra de la igualdad y la Equidad del país. ¿Qué igualdad y equidad existe? Ella está el presupuesto en viajes y cosas baladís, por más de 10 mil millones de pesos. Vaya a saber los otros ministerios, la Casa de Nariño con su presidente, la primera dama y subalternos que hacen lo mismo.
Estamos ante una era catastrófica o la plenitud del caos o la tierra del miedo con tanta delincuencia, mucha de ella importada bajo el nombre de extranjeros y migrantes, una cáfila de venezolanos, que unidos a la guerrilla o grupos insurgentes mantienen a los colombianos en el secuestro y la extorsión. Mientras se predica a los cuatro vientos” la Paz total”. Una paz que no tiene en sus negociadores, la buena voluntad de los que están en el monte y no quieren dejar las armas, sometiéndose al proceso de la JEP.
Los colombianos lo saben por los hechos demostrados: Los desplazamientos de campesinos e indígenas, los secuestros y la extorsión. ¿Cuántos existen secuestrados? El país tuvo una semana que a nivel internacional fuera noticia, con el secuestro del padre del jugador de Liverpool, Lucho Díaz. Una liberación que en la mesa de negociación del ELN, dejó muchos cuestionamientos porque quienes estaban allí representando a los alzados en armas. Un tema que debe mirarse con lupa, porque después del paro armado, los secuestros y el de Luis Manuel Díaz, “El Mane” liberado el pasado jueves 9 de noviembre, por la guerrilla del ELN, quien contrata la delincuencia común, venezolanos y reclutados colombianos. ¿Eso lo desconoce el Estado Colombiano?
Estamos en la demostración de un Estado alcahuete con la guerrilla, que si no hubiera tenido la resonancia mundial, porque un hijo de Colombia, criado en la barriada y perteneciente a la afición mundial del fútbol, como estrella, su papá fue secuestrado, en lo licencioso y el crimen, muchos sufren el flagelo y que los medios de comunicación, si no es especial, se desconoce el sufrimiento.
El gobierno quedó como una vergüenza internacional y sigue, porque el cambio es para mal. No se ve luz en el túnel de la mesa de negociación, si no cuentan los hechos, ni respetan el cese al fuego. Lo que vimos fue otra noticia, la intervención de la ONU en la liberación, permitiendo que todo saliera como su familia del “mane”, lo esperaban, sano y salvo. Eso es lo que paga la fama de un hijo a quien ya le habían pedido millones de dólares.
El fin de mes y comienzo de este nos deja un resumen: las elecciones no pasaron, como lo manifestó el Presidente Gustavo Petro y su gabinete, como “las más tranquilas y en paz”, “donde no se escuchó ni un solo tiro”, pero si, se incineraron mesas votación, sedes de la Registraduría del Estado civil, en este caso personas con graves quemaduras y una muerta, en el caso de Gamarra.
Y sobre todo cuando, la Colombia Humana y su Pacto Histórico que solo son palabras en el mapa electoral, ganaron los contradictorios, mostrando que los liberales están jugando a “las tres bandas”, en un paraíso “potencia de la vida”, vidas desarrapadas sin ninguna esperanza de progreso, donde se quita la energía para vivir.
Seguimos senderos de una “Colombia y sus caminos tortuosos” en los espejos de neblina, con nacientes raíces del insomnio que devoran crepúsculos y palabras que azotan los cuerpos contra una mirada sin horizonte del hombre en el tiempo de las bestias.