Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Una vez más, las negociaciones de paz con las guerrillas del autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’ quedaron aplazadas por la torpeza del Comando Central – COCE --, de convertir en un juego de palabras sus mentiras y su falta de seriedad ante el país, donde anunciaron que seguirán secuestrando porque esa es una de sus fuentes de financiación. Quizá muchos de los integrantes del Comando Central del ELN creen que pueden seguir engañando a la nación, fortaleciendo sus redes urbanas y sus grupos de choque en las universidades públicas, ejerciendo el terrorismo criminal del secuestro y la extorsión, los asesinatos selectivos, que violan el derecho internacional humanitario.
Varias generaciones de muchachos universitarios y líderes sindicales han sacrificado sus vidas en la vorágine de la guerra, soñando con un país diferente, con un paraíso terrenal ‘donde se pueda volver a pescar de noche en los ríos’, frase atribuible al estadista liberal Darío Echandía, que fue ministro de justicia de Colombia y quien contribuyó a la reconciliación y la paz entre los miembros de los partidos políticos que le dieron vida al régimen del Frente Nacional en 1958.
De la primera generación de guerrilleros del ELN en Colombia solamente quedan con vida unos pocos soñadores, como Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’, nacido en el corregimiento de Yarima, municipio de San Vicente de Chucurí, departamento de Santander, refugiado en La Habana (Cuba) desde hace varios años y donde terminó también Fabio Vásquez Castaño. Nadie da razón de la ‘Mona Mariela’, que participó en la ‘Toma de Simacota’, ocurrida en enero de 1965 y que habría realizado estudios de derecho en algún lugar del mundo. Entrevistarla a la edad de 78 años, para conocer su opinión sobre la situación actual de este grupo subversivo, sería una gran chiva periodística para cualquier medio de comunicación del país
En cincuenta y ocho (58) años de violencia guerrillera, el ELN ha sacrificado a muchos jóvenes santandereanos que le hubieran podido servir al país, si con el tiempo hubieran podido comprender la dimensión de su locura. La primera generación de guerrilleros santandereanos surgió en la Universidad Industrial de Santander y en el vecino Colegio de Santander, especialmente en la facultad de ingeniería química, donde aprendieron a fabricar minas explosivas y minas quiebrapatas, con las que les han mutilado las piernas a centenares de miembros del Ejército Nacional.
Que interesante sería que el gobierno de Gustavo Petro le diera una oportunidad a numerosos profesionales egresados de la UIS, todos ellos ancianos que han sobrevivido a la vorágine de la guerra, para que conformaran una mesa de diálogo, donde se discutiera el proyecto político de este grupo alzado en armas, especialmente por el equivocado sacrificio de numerosas vidas inocentes, como la de su ideólogo Jaime Arenas Reyes, asesinado en las calles de Bogotá en 1972, cuando el ex ministro Luis Carlos Galán lo hizo nombrar delegado cultural para la Embajada de Colombia en Francia. Arenas Reyes había escrito un libro titulado ‘LA GUERRILLA POR DENTRO’, que realizaba la autocrítica del movimiento armado y por ello lo mataron sus antiguos compañeros de causa, antes de viajar a Paris. Que interesante sería revisar las ‘Memorias’ del cura guerrillero Camilo Torres Restrepo, que murió empuñando un fusil, en combate contra una patrulla del ejército nacional en la Vereda Patio de Cemento, municipio de El Carmen de Chucurí.
Una buena idea para ‘Gestores de Paz’que hicieron parte de las líneas de mando del ELN, como el profesor ‘Felipe Torres’ y el exguerrillero ‘Pacho Galán’, que tienen mucho que contarle a la nación, para ‘revisar la historia, que es testigo de los tiempos, luz de la verdad y maestra de la vida’. ¡Cómo sería de importante reconstruir la historia que ellos protagonizaron en las filas del movimiento armado, en el sosegado escenario de la cátedra universitaria, porque tienen mucho que decir para aportarle a la paz de Colombia!
