Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Edgar Julián Muñoz González. Últimamente escucho “Hurt” de Johnny Cash pensando en lo dolido que me encuentro al ver tanta mentira y desespero por mantener posturas ridículas que nos dividen como sociedad. Y cada vez que leo una noticia o uno que otro trino, es como si quisiera hacerme daño para ver si sigo vivo. De las generaciones actuales, muy poca gente sabe lo grande que fue Johnny Cash. Son muchas canciones que han quedado por fuera del recuerdo colectivo para convertirse en obras de arte para los melómanos que, como yo, conservamos en discos y reproducimos en playlist selectas cuando estamos lejos del cubil.
Hay grandes músicos de rock, pop, country, blues y jazz que poco se nombran o recuerdan sus canciones. Está el caso de Graham Parker, Tom Petty, bandas como Thin Lizzy o ZZ Top que escuchamos algunos éxitos de vez en cuando, pero muchos no saben de quién es la canción. Igualmente oímos versiones de otros artistas y creemos que son ellos los compositores, aunque no es más que una simple mejora para seguir recaudando dinero con éxitos de antaño. Si no me creen está Witney Houston con “I Will always love you” de Dolly Parton, Nirvana con “The man who sold the world” de Bowie, Metallica con “Whisky in the jar” de Tin Lizzy, entre mochas.
Estos comportamientos comerciales son lo mismo en la política y la economía. Varios actores traen teorías viejas, que alguna vez funcionaron, pero que con el paso del tiempo dejaron de ser relevantes y en últimas fracasaron. Sabemos que el Scatman o Gangnam Style sirvieron en su momento, pero ¿se imaginan que alguien tratara de volver a traerlos y decir que es la música del “siglo XXII”? la disfrutamos un ratico, pero volver a tener música como esa sería terrible.
Estar hablando con socialistas defendiendo aquel modelo soviético es como tener una conversación de música con alguien que opina que RBD es la mejor banda de rock/pop en español. ¿Me hago entender? No obstante, debo decir lo mismo de los “mal llamados” ultraderechistas que justifican la explotación de los recursos naturales con los simples argumentos de “es que generan empleo” o “ayudan a la economía”. Es la ridiculez de los pensamientos extremos.
Pero es el mundo en el que vivimos y nos toca aceptarlo. Aunque, como dicen algunos mamertos y mamertas, toca buscar cómo educar para entender que eso no es verdad y que con un poco de estudio y comprensión es fácil demostrar lo errado de su apreciación. Porque hay opiniones y hay hechos. Esto es una columna opinión, pero lo que estoy diciendo es comprobable matemática y artísticamente. En la música y el arte no se calcula por cuantos escuchan sino a cuantos otros han influenciado; en la economía es por los beneficios que dejan los sistemas en la población.
Sin embargo, siempre habrá algo nuevo por lo que vale la pena arriesgarse. Los argentinos, como la gran nación que sigue siendo, así como han revolucionado la música y el cine en español, se arriesgaron a elegir a un libertario, alguien nuevo y sin vicios que nublen su interés por la patria. Así lo manifestó en su momento Charly García con Sui Generis y Spinetta con Almendra. En Colombia necesitamos esa originalidad, no importa si es zurda o diestra. Ahora lo hace Javier Milei y, definitivamente, el que diga que es una continuidad de lo mismo, es un completo ignorante.
