Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Ventas callejeras aumentaron de forma sorprendente
Las vías principales del centro de Bucaramanga y las periféricas de varios barrios se han llenado de vendedores informales que buscan cuadrar sus finanzas para llevar la comida a los hogares y cubrir las necesidades básicas de toda la familia.
Mientras la temporada de Navidad y Año Nuevo se convierte en la gran oportunidad para que muchas personas salgan a vacacionar y realicen planes turísticos, para otros es primordial el poder cuadrar la caja que les surta de dinero durante todo el año.
Ellos son los vendedores callejeros, o informales como los cataloga el Gobierno nacional, para meterlos en la colada de las estadísticas y para sobredimensionar las cifras de empleo que, en el papel son unas, pero la realidad y percepción en las calles es otra.
Bucaramanga no es ajena a este fenómeno y en esta temporada de remate de año se han incrementado las ventas callejeras, situación que creció porque a esos puestos donde se rebuscan la vida miles de bumangueses, santandereanos, venezolanos, paisas y gente de otros departamentos, también llegan compradores que buscan economizar unos pesos en la compra de todo tipo de artículos.
No es como lo pintan
El incremento en el número de personas que este año han puesto su venta callejera con la esperanza de tener dinero para el año entrante, se debe a dos factores fundamentales, el primero es que muchas empresas cerraron durante la pandemia y no han vuelto a abrir y si lo hicieron la contratación de personal no fue la misma.
La segunda es la creciente llegada de personas de otros departamentos y de Venezuela, quienes también le jalan al ‘rebusque’ durante esta temporada, la de mayor venta de artículos en el año.
“Quisiéramos que hubiese campo para todos y que todos vendan, pero se han incrementado las personas que llegan por temporada a vender en la calle, esto es así, hay comerciantes en Bogotá, Medellín, Cali o en la misma Bucaramanga, que distribuyen vendedores por diferentes ciudades para tener más venta en Navidad. Eso nos perjudica a todos, por lo tanto, ser vendedor callejero no es tan bueno como lo pintan”, nos comenta Julio César Martínez en su puesto de ropa.
Diversificar por fechas es el secreto
Para todos los vendedores informales y para los almacenes tradicionales las cosas no han caminado como las habían proyectado este año. Las ventas han bajado mucho y el factor principal es que el costo de vida ha golpeado de forma brutal el bolsillo de todos los colombianos.
“No es que no se venda. Lo que pasa es que la mercancía no se mueve como nosotros queríamos. Vendemos, pero no la cantidad que se necesita para cuadrar el día. Bajar bandera es una lucha y los clientes regodean mucho, lo importante es no dejarlo ir sin que compre algo”, expresa Yesith, sí, así como está escrito, quien tiene un puesto en el cual, de acuerdo con el calendario, varía de mercancía.
“En esto hay que diversificar para poder ganarse las ‘lukas’. Durante noviembre se pone ropa, calzado y bisutería, del 1 al 7 de diciembre todo lo que es para pesebres, árboles de Navidad y Noche de Velas, el 8 cambio hasta el 24 y vuelvo con ropa, juguetería y otras cosas que se pueden convertir en un buen regalo. Desde el 25, porque hay que trabajar todos los días, hasta el 31 ya son cosas relacionadas con fin de año, así por el estilo, todo el año”.
Vender para lleva comida a casa
Decíamos que en los comercios formales las cosas están del mismo tenor, pero allí la diferencia es que hay empleados por sólo la temporada y estos, en algunos casos sólo cuentan con un salario básico muy bajo y el resto tienen que completarlo con comisiones por ventas.
“Estos locales están abiertos todo el año porque se realizan promociones y ofertas de acuerdo con la temporada. Nosotros, para poder llevar la comida a la casa tenemos que vender sí o sí para salvar la comisión y, aunque las ventas no han disminuido, tampoco aumentaron en este diciembre cuando hay tres vendedores más que los contrataron por temporada”, nos cuenta Johana Gómez en un local de ropa.
La cruda realidad nos muestra que los vendedores de las calles luchan todos los días por lograr el número de ventas que les permitan el sustento familiar, además, existen mafias que les cobran por el sitio en donde ponen su venta y si no pagan, no los dejan trabajar.
Las calles son el lugar perfecto para que los santandereanos ahorren unos pesos en todo tipo de mercancías porque la variedad está servida para todos los gustos y se encuentran artículos ‘chiviados’ muy bien elaborados y con alta calidad a precios bastante cómodos.
