Resumen
Quienes creemos en los principios filosóficos y doctrinarios de las colectividades históricas, de liberales y conservadores, hemos quedado sorprendidos con la venta de avales, que entregaron algunos partidos políticos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Para sorpresa de la nación, la creación de nuevos partidos políticos se ha convertido en un negocio de familias y de grupos de ciudadanos, que se alejan del espíritu universal de la democracia en cualquiera de los lugares del mundo y en cualquiera de los niveles de la representación popular.
Quienes creemos en los principios filosóficos y doctrinarios de las colectividades históricas, de liberales y conservadores, hemos quedado sorprendidos con la venta de avales, que entregaron algunos partidos políticos de barandilla, para multiplicar sin ninguna razón el número de aspirantes a los cargos de elección popular.
En el departamento de Santander hubo municipios de sexta categoría donde se organizaron grupos económicos, sin ninguna ideología, con intereses en la industria de la construcción y en el volteo de tierras, donde compraron las alcaldías, esperando como contraprestación la expansión de los planes de ordenamiento territorial.
El pago de honorarios a los concejales, establecido en la Constitución Nacional de 1991, ha desmejorado la calidad y la composición de los concejos municipales, donde los elegidos cobran honorarios por cada una de las ‘sesiones de trabajo.’
La venta de AVALES se convirtió en un mercado persa, donde los partidos políticos de reciente creación y algunos de carácter histórico, cobraron sumas de dinero por expedir un certificado de militancia, identidad y afinidad con los principios tutelares de una supuesta doctrina para un país de ángeles, cuando se trató de la estratagema para evitar la compra de las pólizas de seguro, que prescribe la legislación electoral como recurso jurídico para los candidatos independientes.
La compra de votos, con la complicidad de agencias bancarias y de algunas ‘asociaciones de desempleados’, ha sido tema de escándalo en los municipios de Barrancabermeja y Floridablanca,según las denuncias hechas a EL FRENTE por los exparlamentarios José Aristides Andrade Martínez y Ángel Alirio Moreno Mateus.
Crearon unas empresas de papel, donde les dieron empleo a muchos ciudadanos para desempeñar el trabajo de pregoneros de ciertas candidaturas, que requerían posicionamiento en la opinión pública y durante seis meses estuvieron atentos a las ‘encuestas de opinión’ para acreditar los nombres de los aspirantes a las alcaldías. Hay fotografías en poder de la Fiscalía General de la Nación, que está investigando el origen de millonarios recursos económicos que habrían invertido en la compra de VOTOS a cambio de privilegios en la contratación oficial.
La degradación de la democracia colombiana proviene de la multiplicación de partidos políticos que surgieron de la nada para las recientes elecciones regionales, donde simplemente había que pagar sumas de dinero por los respectivos AVALES. Fue la razón por la cual en el municipio de Floridablanca le negaron el certificado del partido conservador al exdiputado Jairo Mantilla Serrano, al que le pidieron una gruesa suma de dinero por la certificación, provocando una ruptura de la unidad conservadora, cuyos orígenes deberían avergonzar a las directivas nacionales y regionales de esta colectividad. El ex senador José Aristides Andrade Martínez ha denunciado este fenómeno en Barrancabermeja, donde montaron ‘una empresa para la compra de votos, como nunca había ocurrido en el puerto petrolero. Los contratistas habrían comprado la alcaldía de Barrancabermeja invirtiendo algo más de TREINTA MIL MILLONES DE PESOS’, es la denuncia del dirigente liberal.