Wilmar Roldán e Ímer Machado dejaron a un lado sus diferencias
Resumen
Wilmar Roldán e Ímer Machado han dejado atrás sus diferencias, ofreciendo una imagen de reconciliación en medio de tensiones en el arbitraje colombiano. A pesar del alivio visual, los desafíos internos y la demanda de reformas persisten en el entorno del arbitraje nacional.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En medio de una tormenta de controversias que han sacudido al arbitraje colombiano durante abril de 2025, el exárbitro y actual analista José Borda reveló este 25 de abril una imagen inesperada: Wilmar Roldán e Ímer Machado, dos de los máximos referentes del arbitraje nacional, estrechando la mano y sonriendo. La fotografía fue publicada en la cuenta de X de Borda y confirma la reconciliación entre ambos, tras semanas de tensiones públicas y choques internos en la Federación Colombiana de Fútbol.
La polémica comenzó a escalar el 15 de abril, cuando el periodista Carlos Antonio Vélez denunció en su espacio "Palabras Mayores", en Antena 2 y Win Sports, que Ímer Machado —actual director de la Comisión Técnica de Árbitros— habría descalificado profesionalmente a Roldán durante una reunión con árbitros en Villavicencio, Meta. Allí, Machado habría afirmado que no compartía el estilo de arbitraje del silbato antioqueño, comentario que según Vélez fue poco prudente, dada su posición como jefe del cuerpo arbitral del país.
Días después, el 22 de abril, se sumó un nuevo escándalo: el exárbitro Wilmer Barahona, en el programa “Jugada Maestra” de DITU, reveló que Roldán abofeteó al juez de línea Richard Ortiz en un aeropuerto colombiano. Según Barahona, el enfrentamiento se habría originado por una discusión sobre un partido en el que Ortiz no respaldó a un colega cercano a Roldán. “Le pegó una cachetada”, dijo Barahona, agregando que Ortiz lo llamó “agrandado HP”.
El episodio no sería aislado. En el mismo programa, Barahona mencionó otro incidente en el que Roldán habría increpado a Cristian de la Cruz por haber salido a cenar con el árbitro argentino Néstor Pitana durante su día libre, acusándolo de falta de concentración.
A pesar del ambiente cargado, el 24 de abril, Roldán viajó a Bogotá y se reunió en la sede de la Federación Colombiana de Fútbol con Ímer Machado. Según José Borda, ambos decidieron “apaciguar las cosas” y mostraron disposición para resolver sus diferencias. Aunque la imagen transmitió una sensación de alivio, Borda no dejó de criticar el estado actual del arbitraje en Colombia: “Ellos quedaron felices, pero el arbitraje colombiano sigue de mal en peor y los dirigentes acolitándolos”.
Esta reconciliación ocurre en un momento clave para la credibilidad del arbitraje nacional, que ha sido duramente cuestionado por la opinión pública, los medios y los propios protagonistas del fútbol. Las pugnas internas y los escándalos disciplinarios han puesto en tela de juicio la autoridad y transparencia de la Comisión de Árbitros, mientras crecen las demandas por una reforma estructural en el manejo del arbitraje profesional en Colombia.
