El trasfondo del conflicto entre israelíes y palestinos se intensifica ante una grave acusación por parte del grupo islamista Hamás, quien alega que Israel ha profanado cuerpos palestinos, sustrayendo órganos de los cadáveres devueltos a la Franja de Gaza.

En recientes acontecimientos, Israel ha retornado aproximadamente ochenta cuerpos en un avanzado estado de descomposición a territorio palestino; cuerpos que habrían sido exhumados y que presentaban, según reportes del gobierno de Hamás, signos claros de extracción de órganos vitales. Este hecho ha sido considerado una grave violación a los derechos humanos y la dignidad de los difuntos.

El sistema de identificación de Israel afecta nuevamente el tenso clima en la región. Eylon Levy, portavoz del Gobierno israelí, defendió el procedimiento aclarando que la intención es determinar si entre los fallecidos se encuentran rehenes capturados por Hamás, asegurando que se procede con respeto a la integridad de los cuerpos y acorde con normas internacionalmente aceptadas.

"Las dificultades de identificación de los asesinados hacen necesario transferir los cuerpos a Israel para su identificación forense," explicó Levy, quien subrayó que los estándares internacionales son seguidos en el proceso.

Por su parte, en el ámbito internacional, se incrementan las tensiones diplomáticas, siendo notable la reciente crítica del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien de manera contundente comparó las acciones de Israel con las perpetradas por Adolf Hitler durante el Holocausto, incrementando la discordia existente.

"Lo que hace Netanyahu ¿es menos de lo que hizo Hitler?", inquirió Erdogan, aludiendo al primer ministro israelí y desencadenando una nueva ola de controversia diplomática entre ambas naciones.

En vista de las acusaciones, Hamás exige una investigación internacional, y la comunidad internacional permanece en expectativa ante las posibles repercusiones de estos señalamientos y la búsqueda de pruebas concluyentes sobre el presunto tráfico ilegal de órganos.