Israel continúa su ofensiva militar en la Franja de Gaza, específicamente en Jan Yunis, donde se cree que se sitúan importantes facciones de milicianos de Hamás. En un contexto paralelo, la crisis humanitaria se agrava, y Naciones Unidas lanzó una advertencia sobre el deterioro de la situación en Cisjordania y Jerusalén Este. Más de 300 palestinos han perdido la vida desde el pasado 7 de octubre.

Con el conflicto superando los dos meses, las operaciones en Gaza se intensifican, provocando un incremento en "el hambre y la desesperanza", según reportes de la ONU. Observadores de la AFP confirmaron disparos de artillería y Jan Yunis ha vivido una noche de violencia intensa, lo cual ha empeorado la condición de los 1,9 millones de gazatíes desplazados. Desde el inicio de la ofensiva, se reporta que más de 21.100 personas han muerto, con un gran número de mujeres y menores entre las víctimas.

Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, describió previamente la situación como una "guerra larga y difícil". Israel mantiene su promesa de desarticular a Hamás tras los ataques de octubre, que resultaron en más de 1.140 muertos, cifra que incluye un alto número de civiles. Adicionalmente, Hamás tomó aproximadamente 250 rehenes, con 129 personas todavía en cautiverio.

El gobierno francés, a través del presidente Emmanuel Macron, convocó a Israel para trabajar en un alto al fuego duradero. Macron expresó una "profunda preocupación" por la pérdida de vidas civiles en conversación con Netanyahu. El cerco israelí ha generado una severa carestía de recursos básicos en Gaza, incluyendo alimentos y medicinas. El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sumó su voz a la demanda de una tregua y pidió acciones urgentes para aliviar el grave peligro que enfrenta la población de Gaza.

Medios locales captaron la historia de Iman al-Masry, quien, en medio de la crisis, dio a luz a cuatrillizos en un hospital del sur de Gaza. Mientras la vida continúa en circunstancias extremas, los ataques no discriminan entre civiles y combatientes; incluso una escuela de albergue de la ONU en el campamento de refugiados de Al Maghazi fue blanco de bombardeos.

La inquietud crece en la región con temores a una escalada mayor del conflicto, incluyendo enfrentamientos entre Israel y Hezbolá y ataques en solidaridad con Hamás. La Guardia Revolucionaria Islámica de Irán ha amenazado con tomar "acción directa" en respuesta a la muerte de su comandante Moussavi, atribuida a Israel.

En Cisjordania, la tensión es palpable con más de 310 palestinos fallecidos a manos de soldados o colonos israelíes desde octubre. La ONU ha pedido a Israel el cese de "los homicidios ilegales" y ha denunciado el rápido deterioro en la protección de los derechos humanos en la zona ocupada. Las acciones israelíes son descritas como "preocupantes" y la intensidad de la violencia y represión ha alcanzado niveles sin precedentes en años recientes, según el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.