Durante tres días de integración, se realizó la Acogida Institucional para orientar, motivar y fortalecer el sentido de pertenencia de los nuevos aprendices que inician su formación en el Centro Agroempresarial y Turístico de los Andes.

Con gran emoción y espíritu de comunidad, el Centro Agroempresarial y Turístico de los Andes – SENA Málaga recibió a más de 200 nuevos aprendices en su sede principal, que iniciaron su formación en esta segunda oferta educativa del año. Los jóvenes provienen de diversos municipios de la región como Málaga, San Andrés, San Miguel, Guaca, Soatá y Molagavita, y hoy comienzan un nuevo camino hacia su futuro profesional.

Durante tres jornadas llenas de alegría y entusiasmo, el equipo de Bienestar al Aprendiz lideró la Acogida Institucional, un espacio diseñado para orientar, motivar y fortalecer el sentido de pertenencia de quienes se integran a la familia SENA.

El subdirector del Centro Agroempresarial y Turístico de los Andes, Yadimyr Oswaldo García Reyes, participó activamente en la bienvenida, enviando un emotivo mensaje a los aprendices:

“Hoy saludo con orgullo a todas las formaciones que ingresan a esta nueva etapa. Nuestro Centro cuenta con instructores de excelente calidad formativa y humana. Espero que cada uno de ustedes se empodere de su proceso formativo y saque el máximo provecho del SENA. Ustedes están iniciando un proyecto de vida, y aquí encontrarán guías comprometidos para acompañarlos en ese camino”.

Por su parte, Carolina Mesa Barrera, coordinadora de formación, también compartió unas palabras de bienvenida:

“Esta es una etapa en la que desarrollarán sus habilidades y destrezas dentro de una formación integral. En el SENA se aprende haciendo, viviendo en comunidad y, sobre todo, formándose como los mejores seres humanos que aportarán al desarrollo productivo del país. Nos sentimos orgullosos de que hayan elegido al SENA como su casa de formación”.

Con estas palabras inspiradoras, el SENA reafirma su compromiso con una educación de calidad, transformadora y con impacto social. Cada aprendiz que inicia este proceso representa una esperanza para sus comunidades y para el futuro del país.