El Papa de la misericordia
Resumen
El Papa Francisco, conocido como el Papa de la misericordia, destaca por su compromiso con la justicia social, humildad y capacidad de diálogo. Propone un cambio cultural como vía para transformar el mundo, promoviendo paz y cooperación interreligiosa.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: María del Carmen Jiménez
Así lo llamó en su libro el periodista español Javier Martínez Brocal, por su corazón latino, impregnado de humildad, empatía con los más débiles, discriminados y pobres del mundo. Comprendió en su ejercicio periodístico, que no estaba frente a esos” grandes personajes” que cambian leyes para reformar instituciones. Planteó en su obra que Francisco no se había propuesto cambiar el vaticano, o la iglesia. Tenía un horizonte mucho más ambicioso: cambiar los corazones de la gente, cambiar la cultura para cambiar el mundo. Empezó por pasar a segundo plano los rígidos protocolos del palacio vaticano y desencadenó un dinamismo nuevo en la institución más antigua del mundo sin cumbres de expertos sin solemnes decretos.
Francisco asumió su pontificado en un mundo convulso lleno de odio xenófobo, provocaciones del terrorismo fundamentalista, guerras, injusticia social provocada por los modelos de desarrollo inhumanos, codiciosos, consumistas que también conllevan a la aceleración del cambio climático y destrucción de la naturaleza; convulso también al interior de la iglesia por la pederastia y actos de corrupción.
En ese contexto, muchos pensaban antes de que hubiese humo blanco en el conclave que lo eligió, que se requería un pontífice constructor de paz, que promoviera el diálogo interreligioso y estuviese dispuesto a hablar con quienes no comparten sus ideas. Un Papa tranquilo, sencillo que transmitiera alegría y esperanza, que enseñara a levantarse y a soñar. Todas estas cualidades las encarnó Jorge Bergoglio, quien, al momento de su elección como Obispo de Roma, tomó el nombre de Francisco, porque “Francisco de Asís es el patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, es ejemplo del cuidado de lo que es débil".
Su estilo de vida fue sencillo y cercano, su legado es muy valioso: Practicó la doctrina social del evangelio, se comprometió con la justicia social, puso en primer plano la opción por los pobres, trabajó por la paz y convivencia entre diferentes religiones y culturas promoviendo el respeto y la cooperación; impulsó diálogos sobre la moral sexual, pastoral y la justicia a través de procesos participativos como los Sínodos, promovió cambios internos en la estructura y práctica de la iglesia para hacerla más inclusiva, transparente y receptiva a los desafíos actuales.
Su encíclica “Laudato Si” y la exhortación apostólica “Laudate Deum” son llamamientos vivos a la defensa y cuidado del planeta, nuestra Casa Común, amenazada por el “daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.” Además, por el modelo de producción mercantilista y por el poder imperial.